El foso que sirve de acceso al Castillo de la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra ha sido abierto para la investigación en el marco de recuperación de los exteriores de la fortaleza.

La apertura del foso sigue a la restauración de la torre de la Puerta de San Miguel, según ha explicado el Consistorio alcalareño.

La delegada de Patrimonio del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, Ana Cuesta, junto con el arqueólogo municipal, Enrique Domínguez, han visitado esta zona para comprobar el ritmo de unas actuaciones que comenzaron en mayo y tienen un plazo de ejecución de 12 meses.

El foso, que históricamente antecedía a la muralla de las alcazabas occidentales y que bordea la fortaleza medieval, se ha abierto a la altura del muro del castillo más cercano a la entrada y de mayor profundidad.

El arqueólogo Enrique Domínguez ha explicado que se trata de un foso de protección del siglo XV de una profundidad de 3,5 metros sin alcanzar las cotas de base y que se extiende hacia la Puerta Real, donde llega a tener una profundidad de 1,5 metros.

Se ha comprobado que cuenta con rellenos del siglo XVI-XVII hasta el momento que deja de tener uso el castillo como tal, y posteriormente rellenos ya del siglo XX.

Entre los restos se han hallado cerámicas, restos óseos de comida, moluscos o almejas, que servirán para estudiar las dietas, usos y costumbres de los habitantes de la fortaleza desde el siglo XV.

Tras estas investigaciones, Patrimonio cerrará nuevamente el foso, lo remarcará y lo señalará para que quede constancia para los visitantes.