La Policía Nacional detuvo el pasado 20 de noviembre otra vez a un ex oficial de la Policía Local de Alcalá de Guadaíra que fue condenado por maltratar a su mujer. Sobre este ex policía, Manuel L. G., pesaba una reclamación judicial y fue detenido cuando se encontraba en un establecimiento comercial de Alcalá de Guadaíra. Este ex agente municipal ha sido detenido en varias ocasiones y ha protagonizado numerosos altercados en Alcalá, tanto con sus vecinos como contra los funcionarios de la Policía Nacional que lo han arrestado, a los que ha amenazado en las redes sociales. Durante la detención se mostró muy agresivo y trató de agredir a sus ex compañeros de la Policía Nacional, que tuvieron que emplearse con contundencia. Según algunos testigos, el sospechoso podría no encontrarse en condiciones normales.

A este ex agente le constan al menos cinco detenciones anteriores por la Policía Nacional y una más de la Guardia Civil el año pasado en Chipiona, donde presuntamente llegó a mostrar su arma reglamentaria en un bar y se dio accidentalmente un tiro en la pierna. Cuenta con una orden de alejamiento de un vecino al que presuntamente encañonó con una escopeta y también ha sido arrestado en alguna ocasión por el quebrantamiento de esta medida cautelar. El pasado verano, la Audiencia Provincial de Sevilla ratificó la condena de dos años y diez meses de cárcel que le había impuesto el juzgado de lo Penal número 6 de Sevilla por maltratar y someter a "continuas vejaciones a su esposa en presencia de los hijos de ambos". También se le impuso la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima durante cuatro años y diez meses.

El ex policía local recurrió la sentencia ante la Audiencia, pero el tribunal rechazó su recurso. El tribunal consideró probado que el agente sometió a malos tratos continuados a su pareja, a la que llegó a impedirle que se relacionara con su familia o amigos o que dispusiera del dinero familiar para adquirir productos básicos sin que él lo autorizara. Además, la insultaba frecuentemente, le tiraba los platos y la comida y llegó a darle empujones, en ocasiones en presencia de sus hijos menores de edad.

El agente fue suspendido de sus funciones. También ha protagonizado altercados con otros policías de su comisaría, aunque fue absuelto de una agresión a un compañero en el año 2010. También denunció por detención ilegal a su propio turno de trabajo. En 2012 se denunció su desaparición, aunque fue localizado días después.