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Alcalá de Guadaíra

El parricida de Alcalá dice que su mujer le apuñaló primero con una navaja pero no recuerda cómo la mató

  • El acusado niega los malos tratos a su mujer y dice que grababa sus conversaciones porque "temía por su vida".

Amnesia selectiva. El parricida de Alcalá de Guadaíra, Mario Calderón Márquez, recuerda aquellos aspectos que le benefician pero no los que pueden perjudicarle. El hombre acusado de matar a su mujer apuñalándola y golpeándola con la tapa del inodoro, ha asegurado este martes a los miembros del jurado que el día de autos, la madrugada del 3 de junio de 2015, su mujer le apuñaló primero pero a partir de ese momento no recuerda su reacción ni la muerte de la mujer.

El acusado, que se enfrenta a una petición de entre 23 y 33 años de prisión, ha explicado que aquella madrugada se levantó y vio al fondo del pasillo a su mujer, María del Águila Pérez, que estaba “agachada y abrazada a otro hombre” –siempre según su versión-. La mujer le dijo a esta otra persona que se marchara y a continuación, ha proseguido el acusado, María del Águila cogió una navaja y le hizo “retroceder” hasta que en un momento ya no pudo seguir echándose hacia atrás, y fue entonces cuando recibió tres puñaladas en una mano, una rodilla y un testículo.

A partir de ese momento, la nada. El acusado dice que ya no recuerda lo que ocurrió hasta que vio a su esposa tumbada en el suelo del cuarto de baño y ensangrentada. Él se encontraba “mal, raro”, ha aseverado, y a continuación intentó llamar a la Policía pero no sabía el número, por lo que decidió llamar a su hermano, al que le comentó que su esposa estaba “tumbada y no se movía”.

Cuando ha sido interrogado por las puñaladas que propinó a la víctima y los golpes en la cabeza con la tapa del inodoro, Mario Calderón ha dicho que no se acuerda de nada, aunque ha añadido que no ha golpeado a su mujer “en su vida”, negando igualmente que en el año 2008 le tirara de los pelos, así como las distintas amenazas que le atribuyen las acusaciones.

El acusado ha dicho que desde el año 2013 grababa las conversaciones de su esposa porque “temía por su vida”, y ha afirmado que su mujer le agredió en varias ocasiones y él “nunca” la maltrató.

Sobre una denuncia por haber golpeado a su hija, el acusado ha dicho que había bebido más de la cuenta y le dio “un cachete”, pero ha insistido que en los 27 años de matrimonio nunca insultó a su mujer ni a su hijas, dado que “sólo intentaba rebatir y explicar su punto de vista” cuando tenían alguna discusión. El acusado ha insistido en que sufre pérdidas de memoria y ha dicho que padecía una depresión por un accidente laboral.

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