La moción de censura que la oposición en el Ayuntamiento de Palomares presentó contra la alcaldesa del PP, Dolores Rodríguez, que gobernaba con el apoyo de un edil y enfrentada a los otros tres de su grupo, salió adelante este martes en un Pleno extraordinario con los ocho votos previstos (tres del PSOE, dos de IU, dos de Vecinos por Palomares y uno del PA) y uno más del edil no adscrito, el ex del PP Alejandro Romero, que lo justificó afirmando que no era una moción contra su partido, sino contra Dolores Rodríguez. Los otros cuatro ediles que siguen en el grupo popular se opusieron, pese a estar divididos. La socialista Ana Isabel Jiménez Salguero (trabajadora social, 42 años) es la nueva regidora y formará gobierno con IU y Vecinos.

No obstante, la atención del Pleno estuvo menos en un cambio previsible que en cómo se visualizaba el enfrentamiento en el PP, en un municipio en el que parecía consolidarse, pero en el que se ha propiciado un futuro incierto. En la intervención de Dolores Rodríguez aún como alcaldesa, ésta defendió su gestión y compromiso y sólo se refirió fugazmente a los que "dentro del gobierno han alentado la moción de censura".

"El tiempo pondrá a cada uno en su sitio, no merecen que les dedique más tiempo", dijo. Pero sí fue explícito Alejandro Romero, que en su turno apeló a la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, sentada en primera fila y preparada en parte para el que ha sido uno de sus momentos más tensos en el cargo.

"También es usted responsable", le dijo. "Se lo advertimos, pero le dieron la espalda a la realidad", "los favores políticos hay que pagarlos", añadió, aludiendo al apoyo que recibió de Rodríguez en su pugna por la presidencia del PP. Los tres ediles que han terminado fuera del gobierno respaldaron a Juan Bueno, que estuvo en el Pleno pero llegó más tarde. En esa etapa, según Romero, la alcaldesa estuvo "más pendiente de los movimientos del PP de Sevilla que de Palomares". "Si querían pintar de azul la provincia han cometido un error, porque hoy aquí empieza a desteñir". La Alcaldía, que se ganó por un equipo, se pierde por "soberbia", han primado los intereses personales, el deseo de Rodríguez de permanecer en su "silla", censuró.

Romero achacó a "conductas totalitarias, al comportamiento vengativo" de la edil la decisión de dejarle sin delegaciones, como hizo con José Manuel de la Villa (Cristina Cruz renunció a ellas), llevando a la paralización en la que se basa la oposición para tumbar al gobierno y que Dolores Rodríguez negó, atribuyendo el bloqueo y la falta de diálogo a la oposición: "Ni caos ni desgobierno", "dos personas informadas, capacitadas, dispuestas y con voluntad hacen más que muchas sin más deseos que tumbar un gobierno", defendió la edil.

Frente a las palabras de Romero -que se escucharon con tensión entre el público y que fueron muy contestadas en redes sociales-, el otro edil del PP que ha protagonizado la batalla, José Manuel De la Villa, optó por la lealtad- aspira a la presidencia en el congreso local y se dice que quiere ser candidato a la Alcaldía en 2019- . Sin aludir a Rodríguez, ejerció como portavoz y defendió la gestión del PP de 2011 a 2014, hasta la otra moción de censura, y en los últimos años: se ha refinanciado la deuda, sorteado amenazas de cortes de luz que se encontraron al llegar, se han mejorado servicios públicos, se negociaba con la Mancomunidad del Guadalquivir mejorar la limpieza, enumeró, entre otras cosas que "se quedarán en el cajón" hasta 2019.

Tras el Pleno, Virginia Pérez mostró su respaldó a Rodríguez y cuestionó las palabras del ex edil del PP: es "un señor que ya no pertenece al PP y habla desde el revanchismo". Aclaró que "no existe guerra interna en el PP de Palomares, sólo dos personas que disienten", que el congreso del PP "ya pasó" y el de Palomares se celebrará en su momento. Si no ha habido solución al conflicto en el gobierno "ha dependido de voluntades personales". Como hizo Rodríguez, Pérez advirtió que las cosas no mejorarán en Palomares con el "cuatripartito" que ha promovido la moción a año y medio de las elecciones, pese a que podría haberse hecho con el gobierno en la investidura de 2015.

Durante sus intervenciones, los portavoces de la oposición insistieron en que ha sido difícil poner de acuerdo a partidos de ideología diferente (el edil del PA antes lo fue del PP) para un cambio muy meditado, pero que dadas las circunstancias era una "responsabilidad". Palomares -coincidieron- está "abandonado", la alcaldesa intentaba gobernar como si tuviera mayoría absoluta pero sin ponerse de acuerdo ni con los suyos; con el teniente de alcalde, David López, se ha limitado a "dejar pasar el tiempo", resumió la socialista Ana Isabel Jiménez Salguero.

En sus primeras palabras ya como regidora, Jiménez Salguero marcó como prioridades en lo que queda hasta las elecciones aprobar el presupuesto de 2018 -el año pasado Palomares se quedó sin fondos FEAR por tenerlo prorrogado-; elaborar un plan de limpieza para todo el pueblo; impulsar las actividades culturales y mejorar la comunicación con los vecinos para que las conozcan; y llegar a acuerdos "dentro de la legalidad vigente" con los trabajadores, que luchan por un convenio colectivo.

A la sesión asistieron la secretaria del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, confiada en que se dará un giro a la gestión, con "trabajo, participación y diálogo"; y el coordinador provincial de IU, Manuel Lay, que subrayó que "Palomares no puede pagar los platos rotos de los problemas internos del PP". También hubo alcaldes y diputados del PP y del PSOE, sobre todo de pueblos del Aljarafe.