La asociación ecologista Verdermar denunció ayer que un carguero está subiendo a bordo la chatarra que se ha extraído durante las últimas semanas de las bodegas del buque New Flame, semihundido en la Bahía de Algeciras desde que colisionara el pasado agosto, y la está llevando hasta el puerto de Lisboa.

La empresa encargada del rescate de los residuos, Titan Salvage, confirmó ayer a este periódico desde su sede británica que la carga se está llevando de Gibraltar a través de una embarcación, aunque no determinó cuál es el destino de las 42.000 toneladas de chatarra. Titan Salvage añadió que esa parte de la operación es "responsabilidad de la compañía aseguradora", ya que la labor de la compañía termina al cargar los restos en el barco.

El portavoz de Verdemar, Antonio Muñoz, manifestó ayer que el carguero Holstentor es la embarcación que está sacando la chatarra de Gibraltar, y exigió a las administraciones de España y del peñón que "aclaren lo que está ocurriendo".

La asocación ecologista confirmó que el Holstentor transporta al puerto de la capital portuguesa los restos que la barcaza-grúa está extrayendo. Esta embarcación, según los datos facilitados por el grupo conservacionista, realizó su salida de Casablanca (Marruecos) con destino a Lisboa realizando una escala en Gibraltar, donde cargó la chatarra que había en la cubierta para entrar con ella en el puerto lisboeta el pasado sábado.

Muñoz denunció el "descontrol" que, a su juicio, está caracterizando la operación y advirtió de que "después de nueve meses en el fondo marino, la carga del buque panameño está muy oxidada", por lo que desconocen sus parámetros físico-químicos y lo que "están transportando exactamente".

El ecologista cree que el motivo de su traslado hasta Portugal "se debe a la presión mediática y social que existe en el Campo de Gibraltar", aunque no descartó que "la carga tuviera como último destino una empresa de Badajoz". También apuntó la posibilidad de que el destino final del pecio del New Flame sea una empresa de Alcalá de Guadaíra.

También sigue siendo una incógnita la postura del Ejecutivo gibraltareño una semana después de la resolución aprobada la pasada semana por el Parlamento Europeo en la que se le exigía información sobre el material del chatarrero y las labores de rescate.