El Ministerio Fiscal solicita una pena de 12 años de prisión para un hombre identificado como R.H., de nacionalidad marroquí, acusado de agredir sexualmente a una niña de cinco años de edad y natural de Guinea Bissau a la que supuestamente realizó tocamientos en la vagina tras unos contenedores de basura ubicados en un descampado cercano al boulevar de Los Llanos de Vícar (Almería).

Durante el juicio, celebrado hoy en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería y que quedó visto para sentencia, la fiscal indicó que el relato "coherente y persistente" de la supuesta víctima corrobora que el día 18 de enero de 2006 el procesado, que trabajaba como oficial en las obras del boulevar de Vícar, condujo a la pequeña tras los contenedores cuando volvía sola desde el colegio y le hizo tocamientos, tras lo que la niña echó a correr a casa.

La menor relató a su madre y a su hermana lo sucedido pero estas no la creyeron hasta que, al día siguiente, persistió en que sentía dolor vaginal, por lo que la llevaron al hospital de Poniente (El Ejido, Almería), donde los médicos diagnosticaron una vulvovaginitis. La niña achacó los presuntos hechos a un hombre que trabajaba en las obras cercanas al descampado por donde pasaba para ir al colegio y que le había preguntado la edad a su hermana mayor, que habitualmente la acompañaba.

En la tarde del 20 de enero la hermana de la presunta víctima identificó a R.H., en libertad provisional, como el hombre que se había interesado por su edad, por lo que la Guardia Civil procedió a su detención cuando se encontraba trabajando.

El Ministerio Público incidió en el informe pericial elaborado por dos psicólogas citadas a declarar que determinaron "probablemente creíble" la versión de la menor, que relató hasta en tres entrevistas la misma sucesión de los hechos y que hizo también las mismas declaraciones ante su madre y hermana, Guardia Civil, Juzgado de Instrucción y ante la Sala durante la vista de hoy.

En sus conclusiones definitivas, el Ministerio Fiscal pidió una condena de 12 años por un delito de agresión sexual o, alternativamente, una pena de ocho años de cárcel por un delito de abuso sexual agravado por la especial vulnerabilidad de la niña por su edad y por la diferencia de corpulencia con el procesado.

Sin embargo la defensa pidió la libre absolución de su representado, que negó en todo momento su intervención en los hechos, y que declaró que el 18 de enero de 2006, en su hora de comida, acudió junto a un compañero a comprar a una tienda situada a unos 40 metros de la obra donde trabajaban y que era visible por el resto de trabajadores que faenaban en el boulevar.

Tanto este compañero como el encargado de la obra, citados a testificar por la defensa, mantuvieron que el imputado no se ausentó en ningún momento de su trabajo y que también estuvo con ellos durante la hora de la comida e indicaron que trabajaban en un lugar abierto y con un gran flujo de personas.

La defensa recalcó también que la niña, con el himen íntegro en la exploración, no presentaba lesiones ni arañazos y subrayó que el método utilizado por el gabinete psicológico que elaboró el informe es semiestandarizado, es decir, que la valoración depende del criterio del profesional que lo practica.

Asimismo recalcó que la vaginitis que presentaba la menor se podía derivar también, tal como sostuvieron los forenses, de una mala higiene y alegó que ni siquiera fue la niña la que identificó al acusado, sino la hermana de esta, por lo que no apreció pruebas de cargo para implicar al acusado.