Se llama Xavier, tiene quince meses, nació en Algeciras y vive allí con su madre, Brenda Abaguazu, de nacionalidad boliviana. Pero no ve a su padre, también boliviano, desde hace casi un año. Un cliente para quien trabajó de albañil en La Línea le denunció a la Policía. Así se ahorró pagarle el precio que acordaron por la obra. A Wilfredo Heredia le detuvieron y, en cuestión de horas, pesaba sobre él una orden de expulsión de territorio nacional expedida por la Oficina de Extranjeros de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz. Alegó que era padre de un hijo nacido en España y de nacionalidad española. Pero no pudo probarlo, hubiese bastado una fotocopia compulsada del Documento Nacional de Identidad de Xavier. No llevaba ninguna encima. Tampoco llegó a tiempo su abogado. Tres días después, era repatriado desde Madrid en un vuelo directo a La Paz.

El pasado martes, Xavier, y en su nombre su madre, elevó una instancia a la Subdelegación del Gobierno en Cádiz por la que pide la revocación de esa orden de expulsión dictada contra su padre.

Sin embargo, ayer la Subdelegación del Gobierno no admitió la nacionalidad española del niño, pese a que así consta en su pasaporte y así lo demuestra su DNI, que se reproduce bajo la fotografía de Brenda Abaguazu y su hijo.

Un portavoz de la Subdelegación dijo textualmente que el niño "no es español" porque sus padres son "inmigrantes ilegales", aunque explicó que el pequeño vive "una ficción de protección española" y por eso dispone de un "documento de identidad comunitario, no de un DNI, que le garantiza ciertos derechos, como la atención sanitaria". También aseguró que la orden de expulsión del padre de Xavier "se ajusta a la legalidad" y que "no es posible revocarla", ya que "fue detenido un año y medio antes" de que naciese el niño.

La secretaria de Estado en funciones de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí , apeló ayer a la legalidad vigente para "abordar" la situación del padre.