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Andalucía

La Junta estima que su inversión será mayor que en las regiones del PP en 2011

  • Arenas dice que Griñán y Zapatero no se enteran de que la "fiesta se ha acabado".

Con 24 horas de antelación, el PP desplegó ayer toda su artillería contra los Presupuestos andaluces para 2011 que hoy está previsto que la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, registre en el Parlamento. Sólo con la envolvente financiera y el boceto presentado tras el último Consejo de Gobierno, el PP quiso poner contra las cuerdas al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, valiéndose para ello de la que ha sido su receta para tratar de desmontar sus cuentas: se insiste en el despilfarro mientras caen en picado las inversiones, se recorta en gasto social y se suben los impuestos. Y todo eso, sin que valga la excusa del plan de reequilibrio financiero marcado por el Gobierno central, y por el que los gobiernos autonómicos no podrán endeudarse más del 1,3% del PIB en 2011.

La comparación con las comunidades gobernadas por el PP fue la estrategia elegida por el Ejecutivo andaluz en el contraataque. En inversión pública, en gasto social y en austeridad Andalucía gana a este grupo de comunidades. Y esto es medible, según explicó Griñán durante la sesión de control en el Parlamento, en la bajada de un 10% retribuciones de los miembros del Consejo de Gobierno, la bajada de un 20% en gastos como dietas, locomoción o conferencias, mientras suben el número de profesores para este curso (800 más), hay 11.053 plazas de guarderías más, se amplía la Beca 600 y se incrementa la inversión en sanidad y servicio sociales.

El líder del PP-A, Javier Arenas, no creyó nada de las ristra de cifras de Griñán, más aún cuando en el borrador del pasado mes de junio sobre los planes de reequilibrio de la Junta se preveía una caída de la inversión de 1.200 millones, y finalmente, será de 1.700 millones.

Consideró que junto con Rodríguez Zapatero, "son los únicos que no se enteran de que la fiesta se ha acabado", pero le quiso tender irónicamente su mano. Se ofreció a darle, personal o vía postal, el mismo documento con sus reformas para afrontar la crisis y ante el que Griñán hace meses tras un duro enfrentamiento dialéctico, rehusó coger, dándose la vuelta en el preciso momento en el que Arenas abandonaba su escaño para entregárselo.

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