Hace dos años de las últimas elecciones autonómicas y faltan -en teoría- otros dos para las próximas, pero hay declaraciones que suenan a campaña o incluso a negociación poselectoral. El martes fue Juan Marín quien abrió la puerta a apoyar un hipotético Gobierno del PP si Juanma Moreno consigue su objetivo: ganar unas elecciones en Andalucía. Ayer, la portavoz parlamentaria de los populares, Carmen Crespo recogió el guante y mostró la disposición de su partido a llegar a un acuerdo con los naranjas tras los próximos comicios.

No es la primera vez que las dos formaciones tienen un acercamiento. Cuando Mariano Rajoy y Albert Rivera firmaron el pacto de investidura del presidente del Gobierno, sus homólogos andaluces se reunieron en el Parlamento para buscar puntos en común. No hubo demasiado éxito. De hecho, el propio Marín ironizó con la posibilidad de un pacto con los populares pese a mostrarse dispuesto a explorarlo. "Si Juanma Moreno quiere pactar con Ciudadanos, tiene que empezar ya. Hay que dialogar", explicó el líder regional de los naranjas.

El Gobierno de Díaz va a paso de tortuga. Andalucía no puede ir al ritmo del PSOE"

Ayer Crespo aseguró que esa vía de diálogo está abierta y se intensificará "en cada momento". La política almeriense puso como ejemplo de el buen entendimiento entre ambas fuerzas los pactos que mantienen a alcaldes populares en la capital de su provincia y en Málaga. Se trata, según Crespo, de acuerdos "bastante consolidados" y que "se pueden transformar en un pacto de Gobierno en un futuro en la Junta".

Sin embargo, la portavoz de los populares lamentó que las relaciones entre PP y Ciudadanos no hayan servido "para más" y culpó a los naranjas de los escasos frutos de sus conversaciones. Si fuera por ellos, añadió Crespo, medidas como la bonificación del impuesto de Sucesiones y Donaciones "ya estarían en marcha".

La apuesta por las rebajas fiscales es sólo una de las coincidencias que tienen PP y Ciudadanos en Andalucía. La semana pasada, por ejemplo, se abstuvieron en la votación final de la Ley de Memoria Histórica y Democrática con argumentos similares: critican un cierto carácter revisionista de la Transición y rechazan las implicaciones educativas de la norma o al menos su aplicación. Ayer, Crespo y el portavoz adjunto de la formación naranja, Sergio Romero, evidenciaron otro consenso: la crítica a la lentitud de gestión del Gobierno.

Crespo definió al Ejecutivo socialista como un gabinete "adormecido" y Romero aseguró que va "a paso de tortuga". "Nosotros no nos conformamos porque Andalucía no puede ir al ritmo del PSOE", añadió el político gaditano; mientras que Crespo señaló directamente al "futuro de Susana Díaz" como una de las razones que retrasan la acción del Gobierno. A pesar de las críticas, Romero se mostró optimista al afirmar que "el cambio sensato" por el que aboga su partido "se está logrando en una medida razonable y positiva".