La efeméride no está para celebraciones. Las circunstancias por las que atraviesan miles de familias andaluzas no lo permiten. Para el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, es más conveniente en estos momentos evocar el 25-M de 2012, día de las últimas elecciones autonómicas, con el "recuerdo emocionado" de la campaña electoral desplegada por el PSOE-A y el "agradecimiento profundo" a los suyos, miembros y simpatizantes de un partido que "siempre ha sabido superar sus expectativas".

Griñán hizo ese diagnóstico de la grave situación en la Ejecutiva que su partido celebró ayer, centrada en el balance de lo que ha sido este año, un periodo que se abrió con el acuerdo que alcanzaron socialistas e IU y que dio paso al pacto de gobierno. "Estabilidad" fue una palabra repetida varias veces por el líder del PSOE-A. "Estabilidad presupuestaria" que "es siempre nuestra guía, al igual que el pacto de gobierno, aunque gobernemos en coalición, para conseguir los objetivos".

En las filas socialistas se esfuerzan en difundir que esa estabilidad ha ganado en robustez a lo largo del año. Griñán fue ayer el encargado de transmitir esa idea al decir que tras su investidura el objetivo fue la composición de un Ejecutivo "desde la estabilidad" a través de un programa que "nos vinculara al Consejo de Gobierno, un programa en común con independencia de la autonomía" de PSOE e IU, que "se mantiene vigente", afirmó el secretario general de los socialistas.

¿Por qué son socios hoy PSOE e IU en el Gobierno? La respuesta de Griñán, un año después, fue la siguiente: "El 25-M, la primera vez que no fuimos la primera fuerza política más votada, quedó clara la incapacidad de la derecha para gobernar. La mayoría social quiso un gobierno de izquierdas para Andalucía". Con esta tesis, Griñán también lanzó el mensaje de que "la democracia es tan válida cuando respalda nuestras posiciones como cuando no lo hace", y por ello exigió "respeto a la voluntad de los andaluces, a sus decisiones, sus representantes y a esta tierra".

Y sobre Andalucía precisamente se extiende cada vez más la exclusión social, alertó Griñán. Ésa es ahora la gran amenaza, con "muchas personas que se están quedando en el camino debido a un elevadísimo nivel de endeudamiento". Para afrontar este problema, toda una prioridad para el jefe del Ejecutivo andaluz, éste se mostró partidario de una "gran estrategia de lucha contra la exclusión social" y recordó que su Gobierno ha podido "arañar" casi 600 millones del presupuesto para acciones de empleo y acción social, una partida en la que deberían implicarse todas las administraciones -ayuntamientos, diputados y Estado-, en opinión de Griñán, "porque cuando es una sola administración la que actúa eso es como poner parches".

"Y con casi dos millones sí se puede actuar", aseguró Griñán, quien también reivindicó que "si los sistemas contributivos históricos no funcionan hay que inventarse una actuación más enérgica por lo menos durante el período de transición hasta la recuperación económica".

En su balance de este año, Griñán señaló el trípode "transparencia, diálogo social y defensa de Andalucía" como el cimiento sobre el que se ha sostenido la gestión de su Gobierno. El líder socialista recordó que los resultados de las urnas del 25-M transmitieron el deseo "mayoritario y claro" de una opción política de izquierdas: PSOE + IU, es su cuenta. Y ambas formaciones políticas, ya coaligadas en el seno del Ejecutivo, han querido "defender nuestra tierra con diálogo con los partidos y los agentes sociales y económicos, citando como ejemplos de esa actividad la mesa de partidos, a la que ya se han remitido los pactos sectoriales del empleo, turístico y agroalimentario. Ese umbral no ha sido cruzado aún por el pacto por la transparencia, uno de los que, según el vaticino hecho ayer por Griñán a un año del 25-M, "también llegará".