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Andalucía

Retrato crítico desde Andalucía

  • La presidenta de la Junta subraya en la presentación del Anuario Joly 2016 la inestabilidad política y anhela un Gobierno que olvide el "cainismo". Díaz lamenta que España no sea más fuerte ni Europa más solidaria que hace un año e insta a un reflexión "justa" del déficit.

Va con paso firme el Anuario Joly, patrocinado desde el inicio por Telefónica, camino de la mayoría de edad tras cumplir su decimocuarto cumpleaños radiografiando de forma pormenorizada la actualidad de Andalucía a las puertas de alcanzar los 15 años de vigencia en 2017, una fecha señera para este grupo editorial que en unos meses alcanzará los 150 años desde su nacimiento.

La cita, convertida ya en clásica en la agenda anual de los distintos sectores regionales, tampoco decepcionó en esta ocasión. La puesta de largo se celebró en el Real Alcázar de Sevilla con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que ofreció su balance de 2015 y también sus anhelos de futuro para el año en curso y los venideros, en una comparecencia afinada, con mensajes directos, autocrítica a los políticos y referencias a la inestabilidad derivada del paso por las urnas el 20 de diciembre, amén de sus consecuencias económicas.

La líder andaluza empezó su intervención como la acabó: "Ésta ni es la España que deseaba el año pasado ni la Europa que le deseo a las generaciones venideras, y me pregunto como presidenta de la Junta si dentro de unos años, cuando miremos atrás, no sentiremos la vergüenza que muchos sintieron cuando el silencio no mostraba lo que había pasado en el corazón de Europa hace 60 y 70 años".

Combinó en su alocución el panorama en el Viejo Continente, "no por eso más sabio", con la decepción de la ciudadanía por la inestabilidad, los "tiempos convulsos", que vive el país tras las elecciones generales, empezando por los casi nueve millones de andaluces que "se ven afectados cuando en el resto de España existe un barco que no se sabe quién va a guiar ni el rumbo que va a tomar". Esta orfandad de liderazgo, lógicamente, "afectará a la hipotética recuperación económica", a juicio de Díaz, quien auguró nuevas elecciones y remachó que "eso no es bueno para España".

Dio prioridad desde los comicios regionales a "la estabilidad política de Andalucía" como motor para crear empleo y para que la comunidad crezca a "más velocidad", aunque los "buenos datos" en el cierre de 2015 se pueden "ralentizar" por la inquietud de la política nacional.

No pasó por alto uno de los temas de actualidad que ha levantado a las comunidades contra Cristóbal Montoro: el déficit. "Andalucía tiene que cumplir el objetivo", aunque matiza que el equilibrio presupuestario tiene que ser "justo". "No es posible que las comunidades autónomas que somos quienes soportamos el 35% del gasto público, tengamos sólo el 16% de la capacidad de déficit del país", pues en tal caso habría que recortar en "educación, sanidad y servicios sociales". Del mismo modo, Díaz instó a que "se reformara la Administración en su conjunto. "No se trata de eliminar instituciones, sino de saber para qué sirven: una Administración, una competencia". La presidenta andaluza ansía que el Anuario Joly en 2017 recoja que "España tiene un Gobierno estable, capaz de proteger a los ciudadanos y de ayudar a que el cainismo abandone la política y saque a los partidos de las trincheras".

La extensa y especializada publicación de 348 páginas, repleta de informaciones, análisis, gráficos y opiniones de lo acontecido en 2015, está dirigida un año más por Francisco Ferraro, catedrático y miembro del Consejo Editorial del Grupo Joly, con el respaldo de Telefónica, cuya directora territorial en Andalucía, María Jesús Almazor, agradeció la confianza por mantener esta relación anual con el grupo editorial y defendió el papel de las nuevas tecnologías, ya que "el 85% de la gente accede a internet a través del móvil", un porcentaje que incluso se incrementa en Andalucía.

Abogó por que la sociedad "tiene que estar preparada ante esta gran oportunidad para llegar a más mercados y países". Asimismo, aportó un dato contundente con vistas al porvenir laboral de los ciudadanos: "El 94% de las personas que han tenido algún tipo de educación en tecnología tienen empleo".

José Joly recordó en su intervención que "Andalucía es junto a Madrid y Cataluña la única comunidad que sobrepasa el 10% de la riqueza nacional", además de remarcar que la región "debe hacer valer su peso político, población y territorio". El presidente y editor del Grupo Joly detalló algunos problemas sempiternos que arrastra la comunidad como una "insoportable tasa de paro y la insuficiente actividad mercantil que se refleja en el reducido número de empresas con más de 10 trabajadores". "Debemos preguntarnos un año más si el mayor esfuerzo de la política y la sociedad andaluza está de verdad encaminado a que esta anomalía dé un vuelco definitivo. La cuestión es: ¿hacemos lo suficiente más allá de la retórica voluntarista o de los lamentos resignados?", añadió antes de desmenuzar algunos análisis que habría que revisar para saber "si luchamos de verdad contra el fatalismo; hay que organizar las cosas para que esto cambie". No obstante, hizo constar algunas de las "fortalezas" de la región.

José Joly criticó los "desajustes, anacronismos y malas prácticas a las que no se ha sabido dar respuesta desde los grandes partidos", que a su juicio están "enfrentados entre sí y desorientados". Por la decepción del electorado, detalló, irrumpieron los "partidos nuevos dirigidos por personas con poca o ninguna experiencia", cuyas consecuencias son "actitudes a menudo demagógicas o populistas". No obvió uno de los principales problemas de España y Andalucía: "La ralentización, cuando no paralización de la actividad de la Administración", haciendo hincapié en que "la lucha contra la corrupción y el fraude fiscal no exige deshumanizar las decisiones judiciales ni de los Cuerpos de Seguridad del Estado, ni imponer medidas poco proporcionadas ni vulnerar de hecho el principio de presunción de inocencia". "Extralimitarse en estos delicados terrenos", añadió, "además de desbocar la ira de los ciudadanos contra la clase política, provoca que los gestores públicos, ya sean funcionarios o cargos electos, no se atrevan a tomar decisiones por miedo a ser denunciados por prevaricación, tráfico de influencias o cohecho".

Francisco Ferraro, el padre de la criatura, transitó por los grandes temas que se abordan en el Anuario Joly 2016, y puso el acento en dos preocupaciones como "el terrorismo islamista y la solidez de la recuperación económica mundial, aunque hubo desaceleración a final de 2015 y a inicios de este año". Otros de los asuntos que aparecen en las páginas de la publicación son el éxodo masivo de los inmigrantes y las "muchas energías" que consumieron los dirigentes europeos ante la posible salida de Grecia de la UE. También puso énfasis en la figura de Obama en la parte final de su legislatura, donde abordó dos asuntos relevantes como el desarme de Irán y el deshielo con Cuba.

Abundó igualmente en "el año agitado vivido en España" con tantas citas electorales y las consecuencias que mantienen al país sin Gobierno desde hace más de 120 días, y también de la deriva política en Cataluña. Los parámetros económicos y algunos dardos a la Junta por la parálisis normativa formaron parte del balance del economista.

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