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Tribunales

Solicitan 25 años de cárcel para el marroquí acusado de matar a su mujer a puñaladas en Roquetas de Mar

  • El hombre defiende que la noche de los hechos entraron en el domicilio dos hombres, uno con una pistola y otro con un arma blanca, que mataron a su mujer.

La acusación particular pide una pena de 25 años de cárcel para Noureddine Sourroukh, un hombre marroquí de 42 años de edad, como autor de un delito de asesinato por supuestamente asestar a su esposa, Khadija Nejjar, también marroquí y de 35 años, 18 puñaladas que le causaron la muerte en el domicilio familiar, ubicado en la calle Vicente Alexandre del barrio Las 200 Viviendas de Roquetas de Mar (Almería).

El Ministerio Fiscal, en sus calificaciones iniciales, rebaja sin embargo esta petición de prisión hasta los 15 años al considerar al acusado culpable de un delito de homicidio con la circunstancia agravante de parentesco al entender, según precisaron fuentes judiciales, que la víctima trató de defenderse en el momento de la agresión, ocurrida entre el 3 y el 4 de septiembre, aunque la fallecida no fue hallada hasta el día 5, tendida en la bañera de la vivienda, vestida, ensangrentada y con cuchillazos por todo el cuerpo.

Tanto la acusación particular como el Ministerio Público y la Abogacía del Estado, que ejerce acusación civil, reclaman al enjuiciado una indemnización de 150.000 euros para cada una de las dos hijas del matrimonio. 

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería acogió hoy la primera sesión de la vista oral del juicio, celebrado con un jurado popular, durante la que prestaron declaración el acusado, en prisión preventiva desde el día 8 de septiembre de 2006, la hermana de Khadija y un conocido de la familia. 

El imputado, aparentemente trastornado y para el que la defensa pide la libre absolución por su estado mental y por no ser el autor de la muerte de su mujer, dijo en todo momento no saber ni su nombre y no recordar los hechos sucedidos a principios de septiembre de 2006, negando incluso tener mujer e hijas, y sostuvo que vive actualmente en un "hospital" donde fue conducido después de permanecer "mucho tiempo" en un monte al que huyó tras ser interceptado por la Policía en una playa donde había "mucha gente" a la que los agentes "querían robar". 

El magistrado Jesús Martínez admitió sin embargo como prueba la declaración prestada por Noureddine S. ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Roquetas de Mar el 8 de septiembre de 2006, en la que, tras ofrecer sus datos personales, alegó que la noche del suceso su mujer esgrimió un cuchillo contra él y, en ese momento, entraron en el domicilio dos hombres, uno con una pistola y otro con un arma blanca, que mataron a su mujer, tras lo que, a punta de pistola, le obligaron a arrastrar el cuerpo acuchillado hasta la bañera, tras lo que él saltó por el balcón.

El acusado negó también saber si, tal como argumentan el Fiscal y la acusación particular, llamó a su suegra a Marruecos el día 4 de septiembre de 2006, la avisó de que había matado a su esposa y amenazó también con acabar «con toda la familia» y dijo asimismo no recordar que hubiera llamado desde la cárcel a sus hijas, a las que, según la acusación, pidió perdón por la muerte de su madre la pasada Semana Santa. En todo momento, indicó que estaba enfermo "de la cabeza" y que tomaba "muchas pastillas".

MALOS TRATOS CONTINUOS

Por su parte la hermana de la víctima, S.N., aseguró en su declaración ante la Sala que el acusado maltrataba, amenazaba y pegaba "diariamente" a la fallecida, a la que ni siquiera permitía que dijera a su familia dónde vivían para que no pudieran ir a visitarla, y que cursó cuatro denuncias contra él ante la Guardia Civil de Vícar y Roquetas de Mar que luego, sin embargo, retiraba porque él "le pedía perdón".

La testigo aseguró que el acusado llegó incluso a agredir a las hijas del matrimonio, que, junto a su madre, habían huido en varias ocasiones a Marruecos por miedo al imputado que, según ella, mató a Khadija la misma noche en que ella regresó de una de sus estancias con su familia en Marruecos y después de que ella misma le aconsejara que volviera a España porque las leyes "funcionaban mejor aquí".

Durante el juicio testificó también un conocido del matrimonio a cuya esposa telefoneó desde Marruecos la madre de la víctima que, tras ser amenazada y alertada por su yerno de la muerte de Khadija, le pidió que averiguara si su hija estaba realmente muerta, tal como supuestamente había manifestado el procesado. 

El testigo relató además que él mismo acompañó entonces a su esposa, que no pudo comparecer hoy por su avanzado estado de gestación, al domicilio del matrimonio en la calle Vicente Alexandre, donde no obtuvieron ninguna respuesta y tras lo que acudieron a la Policía Local. 

La vista oral continuará mañana con la práctica de las testificales de los médicos forenses, así como de los agentes de la Guardia Civil y Policía Local que fueron alertados de la desaparición y que hallaron el cadáver, encontrado sobre las 23.00 horas del 5 de septiembre de 2006, después de que los vecinos dieran aviso de un fuerte olor en el inmueble. 

La detención de Noureddine S. como presunto autor de la muerte de su cónyuge se produjo sobre las 12.150 horas del día 6 cuando fue interceptado hablando solo y en voz alta, sin documentación, mientras deambulaba por una calle de Vícar, tras lo que arremetió contra los agentes de la Policía Local, a quienes facilitó un nombre falso y afirmó que había desembarcado de una patera. 

Los funcionarios pusieron sin embargo la detención en conocimiento de los guardias civiles instructores de la muerte de Khadija que, a las 21.30 horas del mismo día, comprobaron a través de las huellas dactilares que se trataba presuntamente de la misma persona. 

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