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retenciones Las colas para salir y entrar del Peñón perjudican sobre todo a trabajadores españoles

Termómetro de la tensión

  • El Gobierno español tiende a endurecer los controles en la Verja cuando las relaciones con Gibraltar se enquistan

Las colas de vehículos para entrar y salir de Gibraltar conforman una de las imágenes más habituales en la Verja desde su reapertura definitiva el 5 de febrero de 1985. Desde entonces han pasado 27 años y aunque el Foro de Diálogo sobre el Peñón, suspendido por el PP tras la llegada de Rajoy a la Moncloa, logró aliviar el problema con la aplicación de un régimen de doble carril en ambas direcciones y la introducción de los canales rojos y verdes, las colas siguen suscitando muchas dificultades a ambas poblaciones.

Además, en este tiempo las autoridades de uno y otro lado de la Verja, sobre todo las españolas, han utilizado el enorme tránsito de coches, especialmente palpable los días festivos y en horas punta al inicio y al término de la jornada laboral, como medida de presión en respuesta a tensiones concretas, intensificando los controles y, en consecuencia, ralentizando el tráfico para desesperación de los conductores, muchos de ellos españoles que trabajan en Gibraltar.

En los últimos 27 años hay muchos ejemplos de ello. Durante el conflicto pesquero de finales de 1998 y principios de 1999, por el que Gibraltar, igual que ahora, prohibió faenar a los pesqueros españoles, Madrid intensificó y mucho los controles. Y es que a pesar del acuerdo que alcanzaron en octubre de 1998 los entonces ministros de Exteriores español y británico, Abel Matutes y Robin Cook, respectivamente, el Peñón no levantó la prohibición. Dicho conflicto se agravó aún más con el apresamiento por parte de Gibraltar del pesquero algecireño Piraña, cuyos tripulantes salieron en libertad tras aportar el grupo municipal del PA de Algeciras un millón de pesetas. Aquel incidente llevó a pescadores de Algeciras y La Línea a bloquear todos los accesos en la Verja para exigir al Gobierno español una salida al conflicto.

Un nombre muy unido a las medidas en la Verja es el de César Braña, el que fuera gobernador civil de Cádiz entre septiembre de 1994 y mayo de 1996. Braña, que falleció en 2002 destacó especialmente por la lucha contra el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas.

Gran relevancia tuvieron las medidas que aplicó en la Verja precisamente para obligar a actuar contra el contrabando a las autoridades gibraltareñas, a las que Braña acusó en reiteradas ocasiones de no querer colaborar en la lucha contra las actividades ilícitas en la zona.

La Verja ha vivido incluso en estos años cierres temporales como el que se produjo en noviembre de 2003 tras la llegada a Gibraltar del buque Aurora, que transportaba a cerca de 500 personas afectadas por un virus gastrointestinal. El Ejecutivo español del PP, que tuvo el respaldo del PSOE e IU en su decisión de cerrar la Aduana, adoptó esta medida porque las autoridades británicas no habían informado a tiempo de la magnitud del problema sanitario. El cierre de la Verja causó gran malestar en el Gobierno del Reino Unido.

La Verja vuelve a estar en el punto de mira de las relaciones entre España y Gibraltar. Así, la Guardia Civil lleva días practicando fuertes controles en la salida de vehículos del Peñón a causa del conflicto pesquero iniciado por el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, que además intervino esta misma semana en la ONU para reiterar que no permitirá una negociación bilateral de la soberanía.

Mientras, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, ha instado al Reino Unido a que presente una queja oficial ante España por las retenciones registradas en los últimos días para salir del Peñón al considerar que son contrarias a las normas de libre circulación de la Unión Europea. "Cada día que pasa y con una excusa diferente se ejerce un vano intento de justificar tales acciones, que son contrarias a las libertades de la Unión Europea", manifestó Picardo al diario gibraltareño The Gibraltar Chronicle, tras las colas kilométricas registradas en el Peñón el pasado viernes dada la mayor afluencia de visitantes a la colonia debido a que era jornada festiva en España aunque no el Peñón, por lo que estas personas se sumaron a las miles que cada día cruzan la Verja para trabajar.

Picardo aseguró que el Gobierno del Peñón "ha tomado nota de las largas colas a las que España sigue sometiendo principalmente a sus propios ciudadanos, que optan por visitar o trabajar en Gibraltar" e insistió en que esto es una "clara violación" a las libertades de la UE.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores del Reino Unido confirmó al citado rotativo que este asunto está siendo seguido de cerca y aunque reconoció que España puede llevar a cabo "controles razonables" en la Aduana, dijo que la protesta del Reino Unido plasmará la preocupación de que estos "controles desproporcionados pueden interferir en la libertad de circulación de las personas" a la que Gibraltar tiene derecho.

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