La RTVA, como las cadenas pioneras regionales, fue un ente concebido en los años 80 (en concreto comenzó sus emisiones en 1989), cuando todavía las cadenas privadas no habían entrado en acción; agigantadas en los 90, en busca de hacerlas competitivas a toda costa (y a todo coste) en un panorama audiovisual aún limitado; y que están condenadas a cambiar de modelo en la crisis del nuevo siglo. Con 30 canales en el mando y la interacción con internet, las cadenas públicas están encaminadas a ser referente de calidad con una contención presupuestaria total. El organismo de las cadenas privadas, Uteca, sigue insistiendo en que todas las cadenas públicas deben seguir el camino de RTVE y dejar de percibir ingresos publicitarios. El descenso publicitario de 2012 pone en evidencia que entes mastodónticos como estas televisiones deben depender de subvenciones razonables de la Administración.
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