Un cuarto de siglo ha transcurrido ya desde la constitución del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), y ayer el Palacio de la Real Chancillería de Granada, donde se ubica su sede, se vistió de gala. El edificio acogió un acto institucional en el que estuvieron presentes las máximas autoridades de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en Andalucía para festejar los 9.125 días de vida de la institución en la que culmina la organización judicial de la comunidad autónoma.

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, firmó a su llegada en el libro de honor del Alto Tribunal. "Es un honor compartir en el día de hoy el aniversario de nuestro Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, deseando que en los próximos años avance aún más en la cercanía de la Justicia a los ciudadanos, fundamental en nuestro Estado de Derecho", escribió en su dedicatoria.

En su discurso, Díaz recalcó que el Estado de las Autonomías ha sido "un éxito" que ha demostrado "sobradamente" su utilidad. Tras recordar que en un Estado social y democrático de Derecho "la Justicia es imprescindible para garantizar la libertad", reconoció que el camino no ha sido fácil. "La situación económica no ha sido la mejor, por no decir complicada", y a ello ha habido que sumar" la escasez de medios y la precariedad de las instalaciones" en el momento de las transferencias, dijo la jefa del Ejecutivo. Por eso la Junta, en estos años ha tenido que hacer un "gran esfuerzo" a la hora de dotar de recursos humanos y materiales a la Justicia, llevando a cabo "una gestión basada en el diálogo y en el consenso".

La presidenta admitió, no obstante, que "todavía queda mucho por hacer" para lograr el objetivo que siempre ha tenido la Junta en Justicia: ofrecer un servicio de calidad, cada vez más rápido, cercano y eficaz. "Tenemos que progresar en infraestructuras, tecnologías, reformas jurídicas y en capacidad de gestión. Y aquí, le ofrezco mi colaboración al presidente para avanzar en esa dirección", señaló.

El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, consideró que una celebración como la de ayer constituye casi una "audacia" en los tiempos que corren, "de descrédito institucional" y opinó deber servir para "poner en valor el principio de autoridad, hoy seriamente afectado". Junto a ello, confesó tener una preocupación "como juez y como ciudadano" ante la judicialización "en exceso" de la sociedad. En este contexto, Del Río puso de relieve que si se acude para todo a los tribunales, la Administración de Justicia se sobrecarga y se resiente su buen funcionamiento.