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Nervios Las consecuencias pueden ser cognitivas, motoras o fisiológicas

Un antídoto contra la ansiedad

  • Investigadores almerienses crean un programa que detecta el nivel de estrés de los estudiantes durante la época de exámenes y propone soluciones personalizadas

Miedo, insomnio, vómitos, atracones de comida, tartamudeo, inseguridad... Son síntomas que sufren los universitarios a los que el periodo de exámenes les produce ansiedad. La consecuencia más temida: bajar el rendimiento.

Un grupo de investigación de la Universidad de Almería (UAL), liderado por Joaquín Álvarez, ha detectado tres variedades diferentes de este trastorno, tras entrevistar a 1.021 alumnos de dicho centro. La primera es de carácter cognitivo y se traduce en excesiva tensión, sensación de pérdida de control, creer que se va a suspender o temer el momento de la prueba.

La segunda afecta al sistema motor. Se manifiesta con temblores, tics, tartamudeos e hiperactividad. El tercero y último es de tipo fisiológico y conlleva malestar, excesiva sudoración, náuseas...

Este estudio desvela que la cifra de mujeres que sufre ansiedad es significativamente mayor a la de los hombres que la padecen. También se han detectado diferencias en los universitarios en función de las titulaciones en las que están matriculados.

Las que generan más desasosiego son las de Ciencias Sociales y Jurídicas, las de Ciencias de la Salud y las técnicas. Los universitarios que se lo toman con más tranquilidad son los que cursan Ciencias Experimentales y Humanidades.

Pero, ¿qué provoca la ansiedad frente a los exámenes? "Las causas se relacionan con factores externos como el tipo de prueba, la forma de estudiar; la administración del tiempo de estudio, quién evalúa o la valoración que hace el estudiante del examen", explica Álvarez.

"Nuestro objetivo es evitar que los alumnos lo pasen mal y que el miedo los bloquee y les haga perder convocatorias". Para ello, es esencial que "adopten unos hábitos de vida saludables, tengan una técnica eficaz de estudio, estén suficientemente motivados y se preparen mentalmente mediante una respiración y relajación adecuadas", asegura.

Para ayudar a estos estudiantes el equipo de Álvarez ha diseñado un programa informático que permite al alumno autoevaluarse y saber qué grado de ansiedad de cada tipo (cognitivo, motor y fisiológico) padece. Lo primero que debe hacer es responder un cuestionario de diez ítems "muy precisos".

Un segundo cuestionario sobre "el lugar de estudio, la planificación, la atención prestada y la metodología", entre otros, le permitirá saber si sus técnicas de estudio son convenientes. En función de los resultados, el estudiante sabrá en qué porcentaje sus hábitos adquiridos con "buenos" o "mejorables" y el programa le proporcionará unas pautas a seguir en la toma de apuntes, la lectura comprensiva, la elaboración de resúmenes y esquemas y la asimilación y repaso de contenidos. Además, les señalarán qué pasos seguir durante la prueba. La valoración de la motivación del alumno se realiza de un modo similar.

Una vez que el usuario del programa ha detectado el tipo de ansiedad que presenta, el software le mostrará qué técnicas de relajación debe realizar y cómo ponerlas en práctica. Asimismo, le indicará si deberá efectuarlas el día antes del examen, minutos antes de la prueba o durante el propio ejercicio. De este modo será capaz de mejorar su día a día, pues estos entrenamientos se han extraído de métodos "absolutamente fiables" como son el Meichembaum, que ayuda a sustituir los pensamientos negativos por ideas positivas para aumentar la motivación del alumno, y los de control de la respiración de Jacobson y Schultz.

El programa puede conseguirse contactando con el secretariado de Orientación Educativa y Vocacional de la UAL.

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