Andalucía

Un militar retirado mata en Cádiz a su hija de 12 años y después se suicida

  • La Policía confirma que no había antecedentes de malos tratos ni constaban denuncias por casos de violencia de género

Rafael Gil de Haza, psicólogo militar de 56 años, y su hija Ana Gil Cordero, de 12, fueron encontrados ayer muertos por agentes de la Policía Nacional en su domicilio del número 38 de la avenida de Portugal, en Cádiz. Los cuerpos presentaban heridas de bala. La principal hipótesis sobre la que trabaja la Policía es que el hombre mató a su hija de un certero disparo en la cabeza y posteriormente se suicidó, todo esto en presencia de su mujer, Mari Carmen Cordero Bulnes, que fue quien avisó al 061 y que por la tarde declaró en calidad de testigo en comisaría.

Los hechos ocurrieron pasadas las diez de la mañana, cuando el 061 recibió un aviso de la propia esposa del fallecido alertando de la violenta situación que se había producido. Igualmente, vecinos del bloque llamaban al 112 al oír las detonaciones. El 112 trasladó el aviso al 091 y en pocos minutos los agentes, con mazas y chalecos antibalas llegaron a la vivienda. Fue la esposa quien abrió la puerta a los facultativos. Una de las circunstancias que más ha llamado la atención hasta el momento a los investigadores es la tranquilidad y la entereza con la que la madre de familia está afrontando los hechos.

Durante toda la tarde, la mujer declaró en calidad de testigo en la comisaría ante uno de los inspectores de la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) que se ha hecho cargo de la investigación.

Asimismo, agentes especializados de la Policía Científica volvieron también por la tarde al domicilio para continuar con la inspección. Entre las pruebas realizadas por estos agentes se encuentra la que tratará de encontrar residuos de pólvora en las manos, tanto de los fallecidos como de la madre y esposa, para descartar todas las variantes posibles y confirmar que los disparos, tanto el que mató a la menor como el que acabó con su vida, fueron practicados por Gil de Haza.

La Policía confirmó que no existían denuncias previas de violencia de género ni doméstica y que la convivencia entre ellos, a priori, era normal, o al menos eso aseguró la esposa, si bien allegados del fallecido aseguraron a este medio que la pareja no pasaba por su mejor momento, aunque nada hacía presagiar un desenlace tan trágico y en el que se ha visto involucrada de forma fatal la hija de 12 años.

El fallecido era el jefe de un gabinete de psicología que la Armada tiene en San Fernando (Cádiz), pero no era alguien muy conocido entre el personal. Algunos lo definieron como una persona solitaria, introvertida y taciturna.

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