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Huelva

"Aunque nunca lo olvidaremos, por fortuna podemos contarlo"

  • Los trabajadores de la finca Las Posadillas regresan tras dos días evacuados en los polideportivos de Mazagón y Moguer

  • Lo hacen con una sonrisa y mucho agradecimiento

En la mirada de los temporeros de la finca Las Posadillas, en el término municipal de Mazagón, se instaló por fin la calma tras los momentos de miedo y angustia vividos desde el sábado, cuando tuvieron que ser evacuados ante el avance del incendio declarado en Moguer.

La cercanía de las llamas obligó a las autoridades a sacarlos de sus alojamientos cuando se vieron prácticamente cercados. La primera noche la pasaron en el polideportivo de Mazagón y la segunda en Moguer, donde destacaron el buen trato y la solidaridad recibida. No obstante, todos coinciden en que nunca podrán olvidar lo que vivieron cuando vieron el fuego rodeándoles.

Testimonio de los temporeros

Pudieron regresar a sus residencias a las nueve de la mañana de ayer. A pesar del cansancio, lo hicieron entre sonrisas y agradecimientos. Gina, una de las trabajadoras del almacén de esta cooperativa, comentaba que la mayor parte de los temporeros proceden de Marruecos y de Rumanía. Tras la campaña de la fresa, ahora toca la recogida de arándanos.

"Vimos el fuego justo delante. Tuvimos que irnos a Mazagón y volvimos el domingo por la mañana. Parecía que ya estábamos fuera de peligro, pero por la tarde, sobre las ocho, vino la Guardia Civil y nos dijo que teníamos que salir de nuevo", comentaba. Esta vez pernoctaron en el pabellón de Moguer, puesto que en el de Mazagón, según señaló, "lo pasamos mal por el humo y casi no se podía respirar".

Gina, al igual que todos sus compañeros, pasó "mucho miedo". En esta cooperativa trabajan más de 200 personas que en un par de semanas retomarán el trabajo en el campo, puesto que los cultivos no se han visto afectados por el incendio.

Mila, una temporera marroquí recuerda el pánico vivido. "Todas llorábamos, corríamos, sentimos miedo de verdad. Aquí tenemos muchas cosas pero los encargados y los jefes nos ayudaron. Quiero darles les gracias, son muy buena gente", comentaba.

Testimonio de los temporeros

Tal como narraba Antonio José Montoro, "por suerte lo podemos contar". Este administrativo que trabaja en la oficina de la cooperativa vivió el suceso "con mucha angustia y mucha preocupación" porque el sábado se tuvo que enfrentar al fuego. Junto a sus compañeros, lo hizo con sus propios medios: mangueras y periquitos.

Montoro destacó el esfuerzo de los voluntarios que les atendieron en los polideportivos. "El servicio ha sido fenomenal, todo estaba muy bien organizado, nos dieron bocadillos y productos para asearnos. Desde aquí damos las gracias al Ayuntamiento y a Protección Civil. Se han portado estupendamente", señaló.

Aún con el cansancio en su rostro, Marina aseguraba sentirse "un poco más tranquila". Esta rumana tuvo en todo momento a su familia en la mente. Porque "nunca" olvidará lo ocurrido, una catástrofe digna de una película de terror, según valoró. Para Nordim, procedente de Marruecos, lo esencial es que estaban todos juntos y que por fin estaba todo controlado, mientras que para Joana la clave es que, a pesar del susto, "al final estamos bien".

Aunque muchos de los temporeros no quisieron ofrecer su testimonio ante los medios para que sus familias no se preocupen dado que pasan muchas semanas fuera de casa y al dolor de la separación por el trabajo no quieren que se una la incertidumbre por su situación, todos coincidieron en que la tranquilidad era la tónica general en la jornada de ayer.

"Tenemos las casas, hemos comido, podremos dormir y ya por fin no hay fuego. Ha terminado todo", señalaban. Nada que ver con el estupor sufrido estos días. Y es que, a pesar de la dureza del trabajo en el campo, aseguran que lo que no olvidarán nunca será la cercanía del incendio. Así lo cuentan, con palabras emocionadas, y sin que se borre de sus rostros una sonrisa de desahogo y de gratitud por el trabajo de los voluntarios que le han tendido una mano.

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