Andalucía

Un bebé prematuro es operado de una arritmia cardíaca por vía femoral

  • La intervención en el hospital Virgen de las Nieves de Granada es un hito de la sanidad pública andaluza

Max, en brazos de su madre, que da la mano a su otra hija, ayer con el equipo médico del Virgen de las Nieves.

Max, en brazos de su madre, que da la mano a su otra hija, ayer con el equipo médico del Virgen de las Nieves. / alex cámara

Max tiene nueve meses y crece como cualquier otro bebé de su edad. De primeras, no parece nada extraordinario, sin embargo, que Max sea un niño "totalmente sano" se debe a una operación cardíaca que ha supuesto "todo un hito de la sanidad pública andaluza" y que ha sido realizada en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada.

Cuando la madre de Max, Maud Roselini, llegó a las 32 semanas de gestación, los médicos detectaron una arritmia en el feto. Se trataba de una insuficiencia cardíaca, que alteraba el circuito eléctrico del corazón, con acumulación de líquidos en pulmones, abdomen y otras partes del cuerpo, y con un latido permanente de 230 pulsaciones por minuto. Los médicos iniciaron un tratamiento con fármacos suministrado a la madre y que llegaba al feto a través de la placenta, ya que se trataba de "una patología grave y urgente" que, tal y como indicó la cardióloga pediátrica Francesca Perín, en caso de haber nacido con esa arritmia, podría haberle provocado la muerte.

Fue así como consiguieron reducir las taquicardias que sufría Max, y bajar su frecuencia cardíaca a 200. Pero tras una semana de tratamiento, el parto se adelantó, por lo que el bebé tuvo que ingresar de inmediato en la UCI Neonatal del hospital, y comenzó un tratamiento intravenoso con diferentes farmacos para frenar las taquicardias.

Aunque por lo general en estos casos se requiere de una intervención quirúrgica para erradicar el problema, "la arritmia intenta controlarse con fármacos y demorar la intervención hasta que los niños tienen entre 7 y 15 años", según explicó el jefe del Servicio de Cardiología del Virgen de las Nieves, Luis Tercedor. Todo ello se debe a que en esta operación "se realiza una ablación con catéter que, guiado mediante Rayos X, sube a través de la vena femoral hasta el punto en el que se detecta la zona en la que se está produciendo la electricidad anormal. Una vez localizada, se aplica radiofrecuencia, es decir, se realiza una especie de quemadura que elimina ese tejido cardíaco que produce las taquicardias, y que si se consigue realizar con éxito, el corazón sigue con su funcionamiento normal", detalló Tercerdor.

En un corazón tan pequeño como el de Max -era un bebé prematuro de tan solo 2,5 kilogramos- "la intervención podía producir un daño innecesario". Sin embargo, a las dos semanas de nacer, los fármacos no podían controlar el ritmo desbocado del corazón por lo que solo quedaba una alternativa: operar.

La operación se realizó en marzo y fue una intervención "compleja que se prolongó durante cinco horas, en la que cada segundo se vivió con mucha emoción, sobre todo cuando acabó con éxito", tal y como indicó el jefe de Cardiología.

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