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Andalucía

"Eran muy ruidosos, unos vecinos incómodos"

  • Residentes del bloque en el que vivían los arrestados, preocupados por haberlos tenido "puerta con puerta"

El edificio Tamanaco se encuentra a apenas cien metros de la playa. En el camino que va hacia los acantilados de Rincón de la Victoria, en la zona del Tajo, como precisamente se llama la calle. Un lugar tranquilo, sobre todo antes de la llegada de los turistas de verano, y por tanto, difícil de pasar desapercibido para los vecinos que residen en él durante todo el año. Todos se conocen bien, y "a la mínima novedad se dan cuenta". Apenas hay 24, seis por planta, y la mitad están vacíos porque se arrendan casi siempre por semanas para la temporada estival. Por eso, si la intención de Antoine Denieve, detenido por suministrar las armas con las que el terrorista yihadista Amedy Coulibaly atentó en París en 2015, era no llamar la atención, el apartamento no era propicio para ello. Y mucho menos, por su actitud, ya que como cuentan el resto de inquilinos eran "unos vecinos incómodos". Muchas veces se oían "gritos, otras, una "música rara y en varias ocasiones fiestecillas".

En la vivienda vivían tres personas, dos chicos de nacionalidad serbia y montenegrina relacionadas con el tráfico de armas, y que también fueron detenidos; y posiblemente una chica según el relato de las vecinas que la vieron en varias ocasiones. Esto también lo atestigua el hecho de que en el tendedero había ropa interior y deportiva de mujer. "No puedo asegurar que él fuese uno de los alquilados o estaba de visita porque nunca lo ví, pero sí que estaba en el interior de la vivienda cuando llegaron los agentes", comentaba una de las vecinas. A pesar de que no salían mucho a la calle, excepto para correr, como así contaron, todos notaron su presencia desde que llegaron al edificio hace aproximadamente un mes. "Hablaban en francés, eran muy ruidosos, gritaban mucho e hicieron algunas fiestecillas en el tiempo que estuvieron aquí. Había mucho trasiego de gente. Eran muy molestos", comentó esta chica a quien extrañó que si habían venido de vacaciones se "relacionasen con tanta gente que iba y venía del piso". Pero lo que más le sorprendió, y que en alguna ocasión comentó con su marido era la música que ponían en algunas ocasiones, que les recordaba a "himnos militares antiguos, como de los años 50".

La operación, según pudieron comprobar los inquilinos del bloque, arrancó alrededor de las ocho de la mañana y se prolongó hasta las dos de la tarde cuando sacaron las últimas cajas. Además de objetos y pasaportes, también se llevaron material informático. "Fue una operación muy silenciosa y limpia", comentaban estas chicas. En el tendedero ayer todavía permanecía colgada ropa deportiva, interior de hombre y mujer, toallas y algunos trapos. "Había agentes por todas partes tanto en el bloque como en las inmediaciones. Ahí nos dimos cuenta que era gordo. Al principio creíamos que podría ser un tema de drogas, pero lo último que pensamos porque no queríamos hacerlo es que fuera algo de terrorismo", reflexionaba todavía asimilando el momento de las detenciones.

"Lo último que pensamos es que fuesen terroristas, afortunadamente ya no están, porque nos podíamos haber llevado un buen susto", apuntaba otra de ellas. "Es muy fuerte lo que ha pasado, nunca te imaginas que los tengas puerta con puerta", añadía.

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