27-N/15-E: ¿AVANZAMOS?

Reconozcan y rectifiquen sus errores, escuchen a los profesionales y podremos entendernos

E style="text-transform:uppercase">l propio título de la columna suscita la pregunta: ¿qué se ha hecho entre el 27-N y el 15-E? ¿Las declaraciones de reflexionar, dialogar, consensuar… se han sustanciado en algo? Sinceramente, creo que más bien al contrario, aparte de pretender ganar tiempo con declaraciones voluntaristas, aprovechando las fechas navideñas, algunos ceses de gerentes -auténticos "brindis al sol" y burda coartada de los más altos responsables sanitarios- no hay un solo dirigente en el SAS que en temas como el de las fusiones -confluencias pretendieron vender cuando intuyeron, pero no rectificaron, que podía haber problemas- mueva un solo papel ni dé un paso sin permiso de los Servicios Centrales.

Y esta es la cuestión, liquidan al mensajero, aparentan buena voluntad, se apoyan en la Mesa Sectorial de Sanidad que en un conflicto como el que existe y que es global, puede ser más un elemento de división y de marginación de algunos colectivos sindicales. Ya sabemos, "divide y vencerás".

Por otra parte, se proyecta una estrategia de acusaciones de politización y las hacen, curiosamente, dirigentes con cargos políticos que, al parecer, no deben saber que la sanidad, en sí misma, no es politizable desde el punto y hora en que la salud es un derecho constitucional, lo que sí debe haber es una buena política sanitaria y esto es lo que ha fallado y ha evidenciado que la "joya de la corona" era pura bisutería, como prueba un mínimo ejemplo, tal cual es el ¿compromiso? de hacer interinos a 15.000 eventuales, o sea, que no había diamantes sino circonita y soy benevolente. Las profesiones sanitarias, verdaderos soportes de las bondades del sistema, merecen más respeto profesional, laboral y hasta personal.

Bien saben lo que me duele esta cuestión por razones que no necesito explicar, pero más duele aún que insulten a la propia inteligencia vendiendo como éxito lo que es normal, culpando a elementos externos las debilidades y errores propios, instalándose en la prepotencia del que se considera pontífice de la buena gestión, de esto sabe mucho el viceconsejero, auténtico ideológo de las fusiones y, ahora, curiosamente, desaparecido en combate y algunos sospechamos el porqué. En definitiva, sean más humildes, reconozcan y rectifiquen sus errores, escuchen a los profesionales y podremos entendernos para el bien de todos. Yo, no faltaré mañana, usted tampoco debe hacerlo.

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