Uno de los grandes alicientes que posee la Semana Santa es el ambiente, esos ingredientes que sazonan las procesiones y que forman parte de la tradición más arraigada de las familias de los pueblos. Dentro de ese conjunto de sensaciones que componen el ambiente semanasantero, los dulces de Cuaresma son una parada obligatoria con un crisol de sabores espectaculares que se remontan a siglos pasados.

Los ochíos son unos roscos de anís muy típicos de la zona de El Rubio. Se pueden encontrar ejemplares de este manjar en la pastelería Virgen del Rosario (1989), además de unas deliciosas torrijas al Pedro Jiménez, entre otros dulces. Al frente de esta confitería está Luis Pachón, que mantiene "el método de elaboración tradicional" que aprendió de sus antecesores.

El amante de los pasteles puede degustar también las Orejitas de Abad de Coria del Río

Por su parte, Alejandro Soto, natural de Lora del Río y de 28 años de edad, aprendió de su abuela la receta de los pasteles de Cuaresma y cuando cumplió 14 años se le ocurrió montar un negocio dulce. Así, el visitante puede encontrar en la pastelería Alejandro El Artesano las típicas torrijas loreñas, con sabor a naranja y limón, pestiños o gañotes (masa de hojaldre que se compone de vino y aceite de oliva que lleva un aliño con azúcar, canela o miel), entre otros.

El Artesano puede llegar a vender, entre Navidad y Semana Santa, "unas 550 cajas diarias". Pero los pasteles necesitan un acompañamiento. En ese sentido, la empresaria constantinense Elia García es la actual dueña de una bebida señera de la provincia sevillana. En 1961, su padre le puso a su anís el nombre de La Violetera porque era admirador de Sara Montiel. También usó la imagen de la sex symbol del cine español de los años 50 y 60 para las etiquetas, siempre con el permiso de Saritísima. Murió en 1990 y Elia no sabe si su progenitor cumplió el sueño de conocerla personalmente.

"La crisis ha afectado, porque esto es un artículo de lujo, aunque el anís se inventó como remedio medicinal. La crema de guindas nos ha ayudado a revitalizar el negocio", puso de relieve Elia García.

Otra estación obligada del buen desayuno y la buena merienda en la Semana Grande son los piononos artesanos de Arahal, auténtica delicatessen de la provincia hispalense.

Además, tienen fama contrastada las Orejitas de Abad de Coria del Río. Y otras confiterías a tener en cuenta son: El Mesías (Estepa), la pastelería Castillo de Luna (Mairena del Alcor), Juan García (Montellano), Productos La Soledad (Brenes), Upita de los Reyes (Castilleja de la Cuesta), Miel La Puebla de los Infantes, Artesanos Mi Niño (Guillena), Horno Herederos de Hermenegildo Martín (Villaverde del Río) y Obrador Itálica de Santiponce. Este último es un establecimiento que hace tartas artesanas ad hoc y, además, trabaja los dulces de Cuaresma, como las torrijas o los pestiños. Un sinfín de posibilidades gastronómicas con aroma a incienso.