3 A fondo

Cruces de mayo, patrimonio inmaterial

  • Festividad. Con la llegada de mayo se multiplican en la provincia las localidades que celebran esta antigua tradición Destacan 'Las Mayas' de Carmona, las festividades de Lebrija o El Madroño Las primeras referencias de estas celebraciones en Andalucía se remontan al siglo XVII, con la aparición de las hermandades en torno al símbolo de la Cruz

La Fiesta de la Cruz o cruces de mayo no siempre implica una celebración de tipo religioso. Se trata de una tipología de ritual festivo muy común en toda Andalucía que presenta una gran diversidad de manifestaciones.

En la provincia de Sevilla son muchas las localidades que viven con intensidad esta tradición . Tal es la aceptación y el interés que despiertan entre vecinos y turistas, que la Diputación de Sevilla, a través de Prodetur, enumera las cruces de mayo dentro de su guía de Sevilla de fiesta, y también la Junta de Andalucía, en concreto el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, también ha editado una guía a nivel regional.

Se trata de un patrimonio inmaterial que cada municipio ha hecho propio gracias a sus peculiaridades. Es el caso de Carmona con Las Mayas. Durante este día los niños son los protagonistas e invaden las calles del centro de la ciudad. Consisten en adornar sillas de enea con un sábana blanca, flores silvestres y una estampa religiosa. Las flores las recogen las niñas en el campo, durante la víspera y la noche, junto a las que hay en sus patios. Recubren una silla con una sábana o tela blanca sobre la cual colgarán las flores recogidas con alfileres. Al centro de la silla, apuntada al respaldo, colocarán la estampa de la Virgen, siendo la de Gracia, patrona de Carmona, la estampa más utilizada.

Al pie de la foto se coloca la bandeja petitoria. El resultado final da vida a un pequeño altar floreal al cual se les suele añadir otros elementos, en su mayoría referentes eucarísticos. Actualmente se asiste a la creciente participación de las familias en la decoración de las sillas, debido al hecho que la participación se ha extendido a las niñas de todas las edades. Las Mayas se realizan en la Plaza San Fernando, si bien la celebración se percibe a lo largo de todo el casco urbano que recorren los pequeños pidiendo un "chivito para mi maya" (que es un donativo económico). El concurso lo arganiza desde hace mas de 30 años la Peña La Giraldilla, con el objetivo de que no se pierda esta tradición carmonense.

Lebrija, del 3 al 5 de mayo, concidiendo con el primer viernes del mes, fundamentalmente las mujeres reunidas por calles o barrios, comienzan a sacar sus mejores mantones y colchas, entre ellas las morunas (compradas en Ceuta), las macetas mejor engalanadas con claveles reventones y, sobre todo, los metales: toda la cacharrería tradicional de cobre y dorada, que solía utilizarse en la vida cotidiana, pero que en la actualidad suele reservarse exclusivamente para esta ocasión. Con todo esto ya preparado, se disponen a "vestir la Cruz", símbolo central de la fiesta.

Otra pieza fundamental del decorado, es el tablao, donde las cruceras no pararán de bailar las tradicionales sevillanas corraleras, siendo estas el modo de expresión tradicionalmente asociado a la festividad de las cruces de Lebrija y por tanto a sus mujeres, quienes son las indiscutibles protagonistas de la fiesta.

Junto al cante y al baile, la gastronomía ocupa un destacado lugar con platos tradicionales como las habas corchas, los caracoles blanquillos y las tortas con aceite y sal. En los últimos años, la celebración de las cruces, se ha extendido también al interior de locales y patios, tal es el caso de las hermandades y peñas.

Hace mención especial el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico a un tercer pueblo, El Madroño. Aquí, la celebración de las cruces se articula en base a la subdivisión simbólica del pueblo en dos mitades, teniendo lugar en mayo la mitad de arriba y en julio la mitad de abajo, rindiendo cada una culto a su propia Cruz.

Están documentadas desde el siglo XVII y la forma de celebración es similar en todas ellas, destacando los siguientes actos: el primer día Corta de romero, es la salida al campo para coger grandes cantidades de romero, que después será ofrecido a la Cruz. El segundo día: engalanamiento de los caballos, conocido popularmente como el vestir de las bestias; poniendo de manifiesto la significación de estos animales en la fiesta. Son ataviados con aparejos bordados en oro y pedrería, a modo de vestimentas sagradas. Los mozos de la bandera, pareja de jóvenes casaderos y símbolo del resurgir de la vida, junto con sus acompañantes realizan el recorrido hasta la capilla, toman la bandera que representa a la Hermandad y se dirigen al lugar en el que se encuentran los caballos con el romero. Cumplimentado este ritual todos se dirigen de nuevo a la Capilla de la Cruz, dónde el mozo vuelve a subir al caballo para desclavar la bandera. Se descarga el romero y se ofrece a los pies de la Cruz. Y el tercer día es la puja de la Cruz entre los hermanos. Recorrido de la Cruz por las casas de los hermanos para recaudar fondos. Todos estos actos son organizados por todos los Hermanos, en ellos participan tanto jóvenes como adultos. El mozo y la moza son siempre jóvenes casaderos.

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