A más de 230 metros sobre el nivel del mar, en un territorio dominado por suaves ondulaciones que anticipan paisajes de Sierra Morena, flanqueado por embalses, envuelto en exhuberante masa forestal de alto valor ecológico y coronado por las dos almenas medievales de un inexpugnable castillo fortaleza. Hoy nos paramos en La Puebla de los Infantes, extremo nororiental de la provincia de Sevilla. A un paso de la sierra, a dos leguas del Guadalquivir.

La Puebla de los Infantes ha sido, a lo largo de los siglos, un asentamiento puramente agrícola y ganadero, donde el olivo, el cerdo y la oveja decidían el estado de la economía local. Dada la absoluta dependencia de estos sectores primarios y siendo conocedores de las posibilidades paisajísticas y culturales del municipio, el consistorio local centró sus esfuerzos en pos de la diversificación económica, apostando por ubicar a este coqueto y afable pueblo como un destino de turismo rural y activo, una referencia que el visitante puede disfrutar como lugar de descanso, experiencia, historia o aventura. O mejor aún, como un sitio donde los cuatro elementos de la naturaleza se presentan como sinónimo de disfrute.

Analizando la oferta turística con detalle, iniciamos este simbólico recorrido por los elementos con el aire. Puebla de los Infantes se ha convertido en todo un referente nacional del parapente y del paramotor, deportes que surcan el cielo puebleño en la zona del embalse de José Torán. Este municipio celebra desde hace 18 años un encuentro anual de paramotores, La Candelas, llamado así por coincidir cada año con una fiesta local de origen pagano de gran tradición. Paralelo a esta importante concentración, se celebra la feria del vuelo, con más de 30 expositores participantes del sector. Este turismo de aire, atrae a miles de visitantes al pueblo, ganando importancia y relevancia económica con el paso del tiempo.

Precisamente las Candelas, es el otro de los recursos turísticos ligado a los elementos, en este caso al fuego. Esta fiesta, celebrada el primer fin de semana de febrero, ha ganado importancia al llevar consigo el encuentro de paramotores, pero su tradición y trascendencia en la localidad la hacer ser uno de los grandes reclamos. Durante todo el fin de semana arden grandes fogatas en las calles, más de dos decenas de ellas, alentadas por los vecinos. El Ayuntamiento trabaja en la declaración de interés turístico para esta fiesta de origen pagano.

La oferta turística puebleña nos lleva hasta el elemento agua, fría y húmeda, como reza una mención aristotélica. El agua de este bonito pueblo la tenemos en sus dos pantanos, el embalse de José Torán y el del Retortillo y el turismo nos llega a través de actividades de disfrute hídrico como el piragüismo y gracias a las excelentes condiciones para la pesca deportiva. Esta segunda opción atrae cada fin de semana a cientos de aficionados hasta La Puebla de los Infantes, que tiene en el José Torán a uno de los pantanos andaluces con mayor importancia en el panorama de la pesca deportiva en agua dulce. Se han llegado a celebrar importantes campeonatos en esta porción de agua con más de 50 kilómetros de perímetro.

El último de los elementos de la naturaleza también está presente en este rincón del noreste sevillano. La tierra, y cómo no, la rica tierra de bosque mediterráneo, con zonas de Parque Natural de la Sierra Norte y paisajes de preparque de alto valor ecológico. En la tierra, La Puebla de los Infantes nos ofrece senderismo, cicloturismo y todo tipo de rutas turísticas. En el especial caso del senderismo, encontramos una amplia amalgama de senderos, con más de 60 kilómetros señalizados y otros muchos en proceso de estarlo. Destacamos el sendero de las Palomas y el GR-48, un sendero de Gran Recorrido que recorre toda Sierra Morena entre Huelva y Jaén. Además, desde el Mirador de las Palomas, ubicado dentro del sendero del mismo nombre, se puede disfrutar de una fantástica panorámica del pantano, por un lado, y por la otra vertiente de la Vega del Guadalquivir y la Campiña Cordobesa, llegándose a apreciar la ciudad de Sevilla, distante a 80 kilómetros. El cicloturismo es otro de los reclamos del turismo de elemento tierra. Tanto es así, que el próximo 22 de junio se celebrará la I Ruta Cicloturista de Puebla de los Infantes, incluida en el circuito provincial de la Diputación de Sevilla.

Pero no sólo de cuatro elementos vive el turismo puebleño. Su quintaesencia, el éter, elemento no tangible, está en su aroma, de pueblo tranquilo, de felicidad y calidad de vida. Un paseo por su núcleo urbano así lo atestigua: calles estrechas, vecinos sonrientes y aire puro de sierra. Y mucho que ver, como las ruinas del antiguo castillo, en la parte alta del pueblo, las ermitas de Santiago, junto al castillo, y Santa Ana, la Iglesia de la Virgen de las Huertas o el lavadero público de Las Pilas, reducto de la tradición que este pueblo ha mantenido con el agua, simbiosis que sigue vigente.

Un compendio de razones para dejarse llevar por la magnífica oferta turística, en variedad y calidad, "posible gracias a la conjunción de intereses entre el Ayuntamiento y el sector privado, ambos remamos en la misma dirección". Y a tenor de lo relatado, no van mal encaminados.