La Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla, fundada el 25 de mayo de 1700, y presidida por Jaime Rodríguez Sacristán, celebró anoche su 309 aniversario en un acto en el que se rindió homenaje a tres de sus miembros que han cumplido sus bodas de Oro y Plata como integrantes de la institución. Los doctores José Luis López Campos y Juan Ramón Zaragoza Rubira recibieron una placa por sus 25 años como académicos numerarios; y Rafael Ruiz de Linares, fue homenajeado por sus más de 50 años como académico corresponsal.

Tras la entrega de distinciones , el doctor José Antonio Durán Quintana, catedrático de Farmacología Clínica de la Universidad de Sevilla, y vicepresidente de la Academia, expuso la conferencia magistral La Real Academia de Medicina de Sevilla: Un futuro obligado y que obliga, en la que analizó "las dos losas que, a su juicio, sepultan socialmente a la Academia: la incomprensión externa y la sobrecarga de su densidad histórica que le obliga a no defraudar".

Durán apuntó que la fórmula que la sociedad demanda es hacerse visible "cual icono mediático" y que no se debe cerrar ninguna puerta a la financiación. Según su vicepresidente, la academia debe revitalizarse y adaptarse al tiempo presente, sin despersonalizarse. "No somos un centro geriátrico", aseguró. "Somos el senado de los médicos de Sevilla, una concurrencia de espíritus libres, con capacidad de reflexionar y fabricar ideas".