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Cultivo de caracoles, un negocio en alza

  • España es el tercer país consumidor de este alimento en el mundo, tras Francia e Italia. La primera cooperativa helícicola andaluza va a poner este año en el mercado 25.000 kilos

Los españoles consumimos 14.000 toneladas de caracoles cada año, según las estimaciones del Ministerio de Agricultura. Somos los terceros consumidores del mundo, después de Francia e Italia. Sin embargo, nuestro mercado interno apenas cubre el 5% de una demanda que en las últimas décadas no ha hecho más que crecer.

Con un mercado potencial enorme y prácticamente virgen, sin apenas competencia, cultivar caracoles en Andalucía se ha convertido ya en una alternativa empresarial viable. En apenas unos años se han registrado 56 explotaciones en nuestra comunidad y varios productores han unido sus fuerzas en la primera cooperativa helicícola surgida en nuestra tierra.

José Manuel Núñez tiene su granja de caracoles en el municipio sevillano de Pilas. Hace cinco años, la crisis se llevó por delante su empresa familiar de Instalaciones e Ingeniería y decidió probar suerte con los caracoles. "Como no lo tenía muy claro, dice, primero alquilamos un terreno y cuando ya adquirí suficiente experiencia decidí empezar en serio y compré mi propia finca. Ahora, la cría de caracoles es un complemento importante de nuestros ingresos familiares y mi objetivo a medio plazo es ampliar el negocio y exportar a Francia, donde la demanda es muy grande y los consumidores exigen calidad".

José Manuel Núñez insiste en que el cultivo de caracoles no es la gallina de los huevo de oro. "Hay que empezar poco a poco -afirma- y sobre todo asesorarse bien. Pero la inversión no es muy grande y los caracoles se venden sin problemas".

Como otros muchos productores, José Manuel Núñez acudió al Centro Experimental del Ifapa (Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria) situado en Hinojosa del Duque (Córdoba), donde recibió ese asesoramiento necesario para mejorar el rendimiento de su granja de caracoles.

El investigador Reyes Martín dirige este centro piloto del Ifapa, creado en 2002, con el objetivo de abaratar los costes de producción y ofrecer un producto de alta calidad. "De las 200 especies de caracoles registradas en Andalucía -señala este investigador- hay 20 en peligro de extinción. La agresión humana es intolerable y la Administración tiene que poner coto a esta depredación".

Reyes Martín advierte que la mayor parte de los caracoles que consumimos en Andalucía viene de Marruecos, donde no existe ninguna garantía de calidad ni de higiene sanitaria. También da la voz de alarma sobre las malas prácticas de las páginas web, que ofrecen la instalación de granjas de caracoles a precios desorbitados y sin la suficiente información. "Hay productores que proponen construir una granja de 100 metros cuadrados por 38.000 euros. Una barbaridad. El coste no debe superar los 8.000".

Para evitar este tipo de fraudes, Reyes Martín insiste en la necesidad de recibir información teórica y práctica antes de lanzarse a la producción.

En el Centro Piloto del Ifapa, donde se acumulan 400 solicitudes en lista de espera, enseñan a los futuros productores todo lo necesario para montar una granja de caracoles, desde la instalación de las mallas antifuga, los microaspersores para conservar la humedad y la temperatura y las plantas adecuadas para la crianza.

"Hemos desarrollado un sistema de pronto engorde pionero en España, que permite aumentar la rentabilidad de las explotaciones hasta un 20% y obtener hasta tres cultivos al año", señala con orgullo Reyes Martín, quien además ha auspiciado la creación de la primera cooperativa helicícola de Andalucía.

Con sede en Montilla, el primer objetivo de Espemon es la comercialización. "Queremos poner en el mercado un producto de máxima calidad al mejor precio posible, sin intermediarios", afirma Raquel Jiménez, secretaria de la Cooperativa, que en apenas un año de existencia ha reunido a 17 productores procedentes de distintos puntos de Andalucía. Espemon comercializará este año 25.000 kilos de la variedad Helix Aspersa.

"Lo importante ahora, dice Raquel Jiménez, es consolidar el proyecto, pero en un futuro próximo nuestra intención es asumir la transformación del producto y ofertar caracoles congelados y cocidos". Iniciativas como ésta son necesarias, en opinión de Reyes Martín, para afrontar los tres principales retos de los cultivadores andaluces: abaratar los costes de producción, ofrecer la máxima calidad y diferenciarse de los competidores extranjeros. Y la buena noticia es que el mercado está asegurado.

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