Tras diez días en el cargo, el nuevo presidente de la concesionaria Globalvía, que se ha hecho con el Metro de Sevilla, se presentó este miércoles por primera vez en sociedad para participar en las jornadas de movilidad del quinto aniversario de la línea 1.

Luis Miguel Salmerón respondió a la prensa, tras su intervención en las jornadas, que todavía no han tenido tiempo de empezar a negociar sobre la posibilidad de hacerse con el tranvía de Alcalá porque tienen que hacer sus cuentas. No obstante, el presidente Salmerón afirmó que "si la Junta quiere que nos sentemos a negociar lo haremos. Estaríamos encantados de participar en cualquier proyecto que sea viable, equilibrado y rentable a largo plazo". La obra civil de este tranvía está ejecutada al 80% y requiere unos 80 millones de euros para acabarlo y ponerlo en marcha, una misión sobre la que mostró interés la anterior concesionaria. En 2004 se calculaba que tendría de 3 a 4 millones de viajeros, frente a los 14 millones que ahora tiene la línea 1. Es el tranvía más avanzado de los proyectados por la Junta y está abandonado y sufriendo los efectos del vandalismo porque la Junta no quiere gastar más dinero de los 73 millones que ha gastado en él hasta ahora.

En su intervención en las jornadas, Salmerón recalcó que Globalvía viene para quedarse. "Nos interesa seguir operando con absoluta normalidad y a lo largo del tiempo porque somos inversores de largo plazo", dijo. La empresa desea ir incorporando las mejoras que sean necesarias y eficientes. Apostó por tener "flexibilidad dentro del marco de la concesión" porque en 30 años de vida pueden pasar por diferentes etapas y no siempre se cumplen las expectativas. En su opinión, en el Metro de Sevilla "las previsiones previstas en el pliego se están cumpliendo".

Sobre si habrá cambios en la plantilla, dijo que "el Metro está funcionando bien" pero "en los próximos 30 años las cosas tendrán que ir adaptándose a las necesidades. Buscamos la excelencia y la eficiencia y ése va a ser nuestro objetivo".