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Andalucía

Rehaleros en pie de guerra

  • Los propietarios de rehalas inician hoy un calendario de movilizaciones contra las inspecciones de Trabajo

Rehala: jauría o agrupación de perros de caza mayor; su número oscila entre 14 y 24. Es la definición que da la Real Academia de la Lengua. Y para los que tienen una se trata de mucho más que una simple afición. Es toda una pasión. Son los rehaleros, que hoy van a hacerse notar en Sevilla en el transcurso de una protesta ante lo que consideran una injusticia, un abuso de la Administración, que ha decidido que los rehaleros tributen por su afición.

La inspección de Trabajo viene desde hace tiempo atrás efectuando controles en monterías con la intención de verificar que los propietarios de rehalas están dados de alta como autónomos. Han llegado a suspenderse algunas de ellas. El colectivo, aglutinado en torno a la Asociación Española de Rehalas (AER) está más que indignado porque "esto no es un negocio".

Alfonso Aguado, vicepresidente de la organización, explicó en las vísperas de la concentración de hoy que la decisión de llevar a cabo estas protestas fue aprobada en asambleas por los propios rehaleros, "que ven como la próxima temporada si no cambia la política del Gobierno puede estar llena de problemas con la Inspección de Trabajo".

El calendario de movilizaciones se ha decidido ante la falta de respuesta por parte del Ministerio de Empleo a las reivindicaciones de la AER de que deje fuera del sistema de la Seguridad Social la caza con rehala por tratarse de una actividad deportiva, marginal y sin ánimo de lucro. Además de la concentración de hoy en Sevilla, también tendrá lugar otra en Toledo.

Contra lo que consideran un desmedido afán recaudatorio por parte de la Administración, los rehaleros están dispuestos a paralizar la próxima temporada dejando en suspenso las licencias. "No pueden convertir en empresas algo que no lo son, algo que es una clara actividad de ocio", denuncia Aguado.

La organización, incluso, admite que es "plausible" el control tributario de los trabajadores que sí participan en una montería y que se persiga, cuando lo haya, el fraude en el sector cinegético, "pero ese no es el caso de los rehaleros, a los que su afición les cuesta el dinero, no hay beneficio económico en ella, todo lo contrario", insiste Aguado.

La AER exige a la administración que la actividad con las rehalas debe ser considerada "como lo que es, un deporte, y por lo tanto que considere nuestro amateurismo".

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