Andalucía

Líder a los 29 años

  • Andalucía preparó el relevo de Cayo Lara por el malagueño Alberto Garzón, una sustitución copiada de la de Valderas por Antonio Maíllo

El día de su estreno televisivo, en el programa 59 segundos que presentaba María Casado, Pablo Iglesias le recogió en la estación de Atocha. En vísperas de las elecciones generales de 2011, Alberto Garzón era sólo un joven economista de izquierdas de 26 años, con buena oratoria y con un perfil preciso para representar a los indignados en un debate de televisión sobre el 15-M. Pablo Iglesias, líder de Podemos, era entonces un asesor externo de IU, y desde ese momento, sellaron una amistad que pasará su prueba de fuego en 2015, cuando ambos compitan por ganarse el espectro electoral de la izquierda en las elecciones generales. Visto hoy, Garzón, a sus 29 años, podía haber llevado a Izquierda Unida hacia una exitosa renovación, la que necesitaba esta federación marcada en exceso por el tutelaje del viejo PCE, y no es que su trabajo, a partir de ahora, vaya a ser inútil, sino que, en medio, en mayo de 2014, en las elecciones europeas, se le cruzó por el camino su mediático amigo, Pablo Iglesias.

El diputado Alberto Garzón es el claro favorito encabezar el cartel de IU a partir del 8 de febrero, cuando se producirá el efectivo relevo de Cayo Lara mediante unas elecciones abiertas a militantes y a simpatizantes. Garzón cogerá las siglas en uno de sus momentos más decisivos desde que la impulsara Julio Anguita. Para algunos, IU está sentenciada a ser una fuerza marginal; para otros, la solvencia frente a Podemos, unido a esta nueva cara, hará que se salve de la quema. Garzón, además, ha asumido en IU la política de convergencia con otras fuerzas de la izquierda, entre éstas, Podemos, aunque los de Pablo Iglesias muestran un escaso interés por esta invitación.

El proyecto de relevo en la cúpula es, sin embargo, anterior a la irrupción de Podemos. En marzo pasado, IU en Andalucía ya creía probable esta renovación y, desde entonces, la formación le dio el arraigo territorial y orgánico del que carecía Garzón. Su relevo, así se pensaba y así ha sido, iba a ser muy parecido al protagonizado por Antonio Maíllo. Hace ahora un año y medio, este profesor de Filología Clásica sustituía a Diego Valderas al mando de la organización en Andalucía, un joven militante relevaba a un viejo dirigente sin tensiones internas y con el respaldo ampliamente mayoritario de la organización. Como Maíllo, Alberto Garzón también es militante del PCE. Se afilió a las Juventudes Comunistas a los 17 años, cuando cursaba primero de Económicas en la Universidad de Málaga. Antonio Maíllo ha sido uno de sus grandes apoyos, aunque fuentes de IU también comparten esta decisión con otro malagueño, José Luis Centella, secretario general del PCE y es que el partido, aunque quiera pasar desapercibido, sigue marcando el paso en la organización.

Lo que a priori podía ser uno de los grandes defectos de Garzón, su edad, sólo 29 años y sin experiencia en la gestión pública, se ha convertido ahora en uno de los atributos que el electorado español parece pedir a sus dirigentes. Alberto Garzón sólo lleva tres años de diputado por Málaga, es casi un recién llegado a la política nacional, pero el torbellino de la renovación está construyendo líderes en 59 segundos. Lo mismo le ocurrió a Pedro Sánchez. Aunque mayor en edad, el secretario general del PSOE era un desconocido hace seis meses.

Licenciado en Económicas en el Universidad de Málaga, Garzón trabajó como investigador en la Pablo de Olavide antes de que IU lo escogiese como cabeza de cartel para la circunscripción malagueña en las últimas elecciones generales. Lleva escritos siete libros, varios de ellos con quien fuera su profesor, Juan Torres, hoy fichado por Podemos para elaborar su programa electoral. Aunque se crió en El Rincón de la Victoria, nació en Logroño en 1985. Es sobrino del presidente del tribunal superior de esta comunidad, Ignacio Espinosa. Su madre falleció hace algunos meses y su padre, profesor de instituto, aún reside en Málaga. Soltero, tiene una novia de Ronda.

Alberto Garzón podía haber sido uno de los líderes de Podemos. A la amistad con Pablo Iglesias, suma su relación con Juan Carlos Monedero, al que presentó uno de sus libros, si bien el número dos de esta formación ha sido asesor de Gaspar Llamazares hasta hace unos meses. De hecho, algunas fuentes de IU apuntan que Monedero estaba en "la derecha" de la formación, la que apostaba por el entendimiento con José Luis Rodríguez Zapatero. Uno de los hechos que tranquiliza a los que serán nuevos dirigentes de IU es, precisamente, esto, que la irrupción de Podemos no se ha producido a costa de una fuga de cuadros desde la federación de izquierdas, algo que sí ocurrió con Syriza en Grecia.

No obstante, la ideología de Garzón reside en el comunismo, el autor que más le ha inspirado es Karl Marx. También admira a Lenin, lee a Gramsci y marca distancias con la socialdemocracia, aunque no abomina de los acuerdos con los que llama los reformistas. En su blog Pijus Economicus, cuyo título es un homenaje a La vida de Brian, Alberto Garzón traza su posicionamiento ideológico, a medio camino entre la socialdemocracia y los antisistemas. Casi parece escrito ante el nacimiento de Podemos, aunque fue publicado mucho antes. Quizás lo previese. "No soporto el arribismo político (...), tampoco considero que los grupúsculos políticos minoritarios y casi unipersonales y las tendencias contraculturales sean alternativas al sistema". Y sigue: "Las primeras, porque carecen de sistema político. Las segundas (...), reductos hippies o perrofláuticas". Clavado.

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