En pocas ocasiones, y son contadas, un presidente de la Junta, en este caso una presidenta, Susana Díaz, accede a responder a preguntas relacionadas con su partido desde la sede de la Presidencia. Susana Díaz hizo ayer una excepción, aunque breve, para comentar que no va a "colaborar a dar más mensajes de líos internos". Es decir, que Díaz se negó a entrar a responder si Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, es un buen candidato a las elecciones primarias o, si por el contrario, ella accederá a presentarse a estos comicios tal como le están solicitando algunos notables de su partido. Pedro Sánchez invitó el lunes pasado a cualquier militante que sea vea con ganas a que presente la candidatura a estas primarias en lo que se ha entendido como un envite a Susana Díaz. Pero para Díaz, la prioridad como secretaria general del PSOE andaluz son ahora las elecciones municipales de mayo de 2015. Y después de esas elecciones, el PSOE de Andalucía ya decidirá. Eso no lo dijo Díaz, pero sí su secretario de Organización, Juan Cornejo, el día anterior.

Susana Díaz intenta enfriar la rivalidad que ella, su entorno, o el de Pedro Sánchez, ha alimentado durante las últimas semanas. Ayer le dio su respaldo, pero como secretario general. "Pedro Sánchez tiene todo el apoyo, como siempre, de los socialistas andaluces, a los que nos preocupan dos cosas: la estabilidad del Gobierno de Andalucía y del conjunto del PSOE de España, porque dentro de seis meses habrá más de 8.000 personas que se presentan a las municipales y necesitan unidad, fortaleza y estabilidad", indicó en una rueda de prensa que convocó para hablar del plan Juncker.

Es hora de un repliegue, al menos hasta después de las elecciones municipales de mayo, que se situarán a sólo un mes de las primarias en la que militantes y simpatizantes elegirán a su candidato a la Moncloa. No obstante, Díaz seguirá con una apretada agenda nacional en función de su cargo de presidenta del comité territorial del PSOE, lo que le presta cobertura para moverse por todo el país. Hoy estará en Toledo con el secretario manchego, Emiliano García-Page. La semana pasada, fue el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, el que viajó hasta Sevilla. Todos estos contactos de Díaz, a los que se suma una visita de Eduardo Madina, ha sustanciado el malestar que una parte del PSOE tiene con Pedro Sánchez debido a que a Díaz se le considera una candidata natural en el partido.

La presidenta de la Junta descartó, además, un adelanto electoral a las puertas de que IU celebre este fin de semana una asamblea para valorar su trabajo en el Gobierno andaluz. Díaz volvió a repetir, pero en referencia a IU, que no quiere "líos" internos, aunque juzgó que su Gobierno goza de estabilidad ya que la máxima expresión de ello es que la semana próxima se aprueba el Presupuesto de 2015. "Mientras haya estabilidad, y la hay porque hay Presupuesto, no convocaré elecciones anticipadas", indicó. "Este es un momento muy distinto a otros en que el Gobierno central trataba de que el Presupuesto andaluz fuese imposible", indicaba la presidenta para subrayar que los tiempos de inestabilidad en su Ejecutivo habían pasado.

Todo indica que la asamblea de IU acabará con una lectura crítica del paso de la formación por el Gobierno, con una toma de distancias respecto al PSOE, pero no se solicitará la salida del Ejecutivo. A IU no le ha ido tan mal, ni siquiera electoralmente. IU de Andalucía es la que más resiste al avance de Podemos, tal como se puso de manifiesto con el último Barómetro Joly.

De este modo, la presidenta descartó lo que otras veces siempre dejaba abierto, al pairo de los sucesos meteopolíticos: la convocatoria adelantada de elecciones. Una vez que el Presupuesto se aprueba la semana próxima en el Parlamento, Susana Díaz gozará de total tranquilidad para encarar el último año de su mandato. No obstante, diversas fuentes del PSOE han confirmado que todos aquellos que recelan de la candidatura de Pedro Sánchez están mirando a Susana Díaz en un intento de que ésta dé un paso adelante, aunque la presidenta se encontraría, en el caso de que quisiera, con el mismo problema de calendario que en julio. Sin haber ganado unas elecciones en Andalucía, le faltarían argumentos para dejar la Presidencia a otra persona o para convocar unos comicios adelantados.

Así, la única duda se retrasa para los primeros meses de 2016. En el caso de que no se logren aprobar los Presupuestos de 2016, Susana Díaz tendría que prorrogar los de 2015 para llegar hasta las elecciones, cuya última fecha legal es la de abril.