Contra lo que muchos pudieran pensar, las polémica Lomce no beneficia a las clases de Religión. La reforma educativa ha provocado la crítica no sólo ya de los sindicatos que defienden los intereses de los maestros que imparten esta asignatura, sino de la propia Iglesia, que ha mostrado su malestar por la escasa protección que recibe dicha enseñanza en la denominada ley Wert. Esta "indefensión" es la culpable, en buena medida, de la reducción horaria de la asignatura aprobada por la Junta para el próximo curso y contra la que se han recogido más de 430.000 firmas.

Al Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, llegaron ayer numerosas cajas. Cada una de ellas llevaba el mismo lema escrito: "90 minutos". Se trata del actual horario semanal de la asignatura de Religión, un tiempo que el decreto elaborado por la Consejería de Educación -que desarrolla la Lomce en los colegios dentro de las competencias autonómicas- reduce a la mitad. Serán, por tanto, 45 minutos semanales de esta enseñanza los que se impartan a partir de septiembre en las aulas de Primaria. Es el mínimo que permite la ley Wert para las asignaturas específicas, de ahí que tanto la Iglesia como los sindicatos critiquen que el Ejecutivo de Rajoy haya sido el primero en ofrecer tal posibilidad.

Dicha disminución ha provocado que el colectivo que imparte las clases de Religión alce la voz ante el recorte de horas lectivas y de personal que se avecina. Desde que Educación anunció el borrador en noviembre aún no ha aclarado cómo efectuará esa merma: si prescindirá de la mitad de la plantilla (constituida por 2.000 docentes en toda Andalucía) o redistribuirá la carga horaria de cada uno, lo que puede suponer que muchos no reúnan el tiempo necesario para alcanzar el salario mínimo interprofesional.

Además de una manifestación celebrada el pasado diciembre en Sevilla, los sindicatos CSI-F, USO, ANPE y Apprece iniciaron una campaña de recogida de firmas con las que solicitan que Religión continúe con el horario lectivo actual. El resultado se comprobó ayer con la entrega de más de 430.000 firmas contrarias a la reducción anunciada que han hecho llegar a la presidenta Susana Díaz, a quienes algunos representantes sindicales recordaron su pasado como catequista en Triana.

En esta campaña las centrales sindicales han contado con el apoyo de hermandades y asociaciones de padres, así como de las delegaciones diocesanas de Educación y las instituciones homólogas en la Religión Evangélica e Islámica, puesto que los docentes que imparten las asignaturas relacionadas con estas creencias también verán reducido a la mitad su horario.

La modificación ha provocado que la última asamblea ordinaria de los Obispos del Sur de España -que comprende las diócesis de Sevilla, Granada, Almería, Cádiz, Córdoba, Guadix, Huelva, Jaén, Jerez y Málaga- haya emitido una pastoral sobre la educación religiosa en la que se exige a la Junta que "el nuevo marco legal" de la asignatura de Religión "respete el derecho constitucional de los padres andaluces a formar a sus hijos conforme a sus convicciones religiosas".

Para los obispos, las 430.000 firmas "son un clamor para la justa regulación de la asignatura". La Iglesia lamenta la intención de la Junta "de legislar contra el derecho del 87% de los padres que eligen libremente esta enseñanza para sus hijos".