El rey Alfonso XIII pasó por el Caminito del Rey original en 1921 para inaugurar la presa Conde del Guadalhorce y el domingo pasado, casi 94 años después, 800 visitantes disfrutaron del recién restaurado Caminito del Rey, situado en el desfiladero de Los Gaitanes (El Chorro), y que aspira a convertirse en un gran motor económico para esta comarca malagueña. Los municipios de Álora, Ardales, Antequera y el Valle de Abdalajís tienen puestas muchas esperanzas en este atractivo de turismo interior que ya cuenta con 60.000 reservas para los primeros meses de funcionamiento, durante los que será gratuito su acceso.

El sábado, a los pocos minutos de que el presidente de la Diputación provincial de Málaga, Elías Bendodo, junto a los alcaldes de los municipios implicados en el proyecto, acudiera a la zona, llegaban los primeros visitantes dispuestos vivir una experiencia única. Los primeros en hacerlo fueron Marian Díaz y Anthony Jiménez, una pareja malagueña que fue la encargada de estrenar como visitantes las pasarelas que se han construido por un impresionante paraje que cuenta con zonas para sentarse y descansar, puente colgante a 105 metros de altura y un pequeño balcón con el suelo transparente. Precisamente, dos elementos que ayer estaban entre los que más impresión causaban a los visitantes. "El puente es una pasada", decía uno de los asistentes tras regresar de realizar el recorrido. Entre los primeros en disfrutar del Caminito del Rey había parejas, amigos y familias enteras, muchos de ellos de la zona, que tras muchos años de espera para poder hacer este trayecto, algo que no habían hecho ante la peligrosidad que representaba el anterior, y que ahora veían cumplido "un sueño" que llevaban mucho tiempo esperando.

Otra de las primeras parejas fue la formada por David Jiménez y Carmen Salguero, que también entraron en el primer grupo de la mañana. En su caso, él conocía bastante bien el camino, mientras ella reconocía sentir una importante expectación ante su primer trayecto por este camino que tantas expectativas está despertando. Entre los primeros grupos tampoco faltaban las cámaras de foto y vídeo para inmortalizar un paseo que llevaban, en gran mayoría, mucho tiempo esperando. "¿Dónde vas a ver estas vistas?", se preguntaba otro de los primeros en cruzar la ruta, que seguidamente se autorespondía con un rotundo "en ninguna parte".

No todos mostraban sus sorpresa ante la plataforma. Como Luis, que volvía al caminito 40 años después, y que pensaba que el anterior era más impresionante, por aquello de tener un mayor riesgo al cruzarlo. Mientras tanto, entre los empleados del Caminito del Rey hay esperanza de que el proyecto consolide las expectativas creadas y los puestos de trabajo que se han creado se puedan consolidar e incrementar si fuese necesario.

Una esperanza que también se encuentra instalada en los establecimientos de restauración próximos, que esperan que la miles de visitas esperadas puedan repercutir en sus negocios. "Se espera mucha gente, ahora sólo hace falta que vengan aquí", decía una de las trabajadoras de un restaurante de la zona. Una impresión muy parecida a la expresada por otra compañera de profesión: "Lo que hace falta es que vengan con dinero y consuman, que no se queden tan sólo en la visita".

De momento, el sábado las expectativas se cumplieron y ya aparcar en los lugares próximos al Caminito del Rey era casi una odisea, aunque los lugareños aseguran que es una imagen que es bastante habitual los fines de semana, por lo que ahora están a la espera de comprobar la respuesta que se produce durante los días de diario, que son los de menor afluencia en estos momentos.