La Guardia Civil de Cádiz detuvo ayer en un control en la autopista Sevilla-Cádiz a un vecino de Jerez que transportaba en un turismo dos kilos de cocaína de gran pureza y, en otra operación antidroga en Chipiona, arrestó a tres ocupantes de una embarcación en la que halló un alijo de 2,3 toneladas de hachís.

El control en la autopista forma parte del dispositivo establecido en los días previos a la celebración del Gran Premio de Motociclismo de Jerez. La Guardia Civil sospecha que los dos kilos de cocaína interceptados iban destinados a abastecer a vendedores que aprovechan la demanda generada por esa concentración.

El conductor del turismo intentó sin éxito realizar una maniobra evasiva al percatarse del control. Al acudir los agentes a identificarlo, se mostró nervioso e incoherente en sus respuestas, por lo que los guardias decidieron examinar con detenimiento el vehículo y encontraron en un laterales del coche dos bolsas precintadas que contenían la cocaína.

La embarcación que transportaba 2.300 kilos de hachís, una semirrígida de ocho metros de eslora, fue detectada a unas tres millas de la costa cuando navegaba de manera sospechosa con rumbo a las playas de Chipiona. La tripulaban tres varones de origen magrebí que fueron detenidos.

Por otro lado, la Policía Nacional desarticuló en Jerez cuatro puntos de venta de droga, tres de ellos localizados en un mismo bloque de viviendas y otro en un edificio situado a unos 50 metros. La operación se saldó con cinco detenidos, la incautación de diversas cantidades de heroína y cocaína, dinero en metálico y varias armas, entre ellas una pistola.