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Grupo Joly. Conferencia sobre el desafío tecnológico en los tribunales.

"La Justicia digital será un cambio tan trascendente como la máquina de vapor"

  • El presidente del TSJA cree que el reto de trabajar sin papel en 2016 es, a día de hoy, "imposible".

En una de las últimas visitas de inspección que realizó a los órganos judiciales de Granada, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla (TSJA), Lorenzo del Río, se alarmó al comprobar que hasta seis meses había estado paralizado un proceso judicial a la espera de la digitalización de su expediente. Esta circunstancia, que le hizo constatar una vez más la necesidad imperiosa de que se produzca de una vez por todas "el vuelco digital" en la Justicia, fue uno de los ejemplos prácticos con los que el presidente ilustró la aplaudida intervención que protagonizó el lunes con motivo de la última conferencia-coloquio organizada por el Grupo Joly y Telefónica.

Durante el acto, que contó con un centenar de invitados y que se desarrolló en el Hotel Andalucía Center de Granada, el máximo representante de los jueces en Andalucía hizo un realista y crítico análisis de la situación actual de los juzgados, que continúan inundados de archivos y legajos, y consideró que, a día de hoy, pese a los esfuerzos de la Junta de Andalucía para mejorar los medios técnicos de las sedes judiciales, la desaparición del papel prevista por el Gobierno central para 2016 es "imposible".

Nada más iniciar la conferencia,titulada Hacia una administración de Justicia digital y que fue presentada por la directora de Granada Hoy, Magdalena Trillo, Del Río consideró imprescindibles cambios estructurales y organizativos que, ayudados de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), permitan hablar de una verdadera modernización de la Justicia.

Así, recordó que la Justicia es "un servicio público esencial", que actualmente "vivimos en la era tecnológica, en la sociedad de la información digital" y que, aunque España se esté esforzando en el desarrollo de la Administración electrónica, el impulso tecnológico deseado "no se ha producido en el ámbito de la Justicia". Es más, advirtió que "la Justicia no podrá dar el salto que necesita hasta que no se pongan decididamente en marcha tres procesos básicos: el cambio tecnológico, el organizativo y el cultural". Y son también tres, como recordó el presidente, los agentes principales que juegan un papel decisivo en el impulso de la nueva justicia digital: el Ministerio de Justicia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y las comunidades autónomas. "A priori -señaló- todos ellos asumen la importancia del uso de las TIC en el proceso de modernización de la Justicia, que gira en torno a dos elementos básicos la nueva oficina judicial y el expediente electrónico. Pero estos elementos de modernización no acaban de generalizarse en nuestra Administración de Justicia".

Para resaltar el ahorro económico que conllevaría una Justicia digital, aparte de otros beneficios como la rapidez y la eficacia, el presidente aludió a distintos costes del funcionamiento de la Justicia a fin de que el auditorio se hiciera una idea del dinero que se emplea actualmente. Para empezar, utilizó como unidad del producto del sistema "los autos y las sentencias", y desveló que "hoy día se habla de un promedio de 1.800 euros por resolución". Informó de que cada juzgado tiene un coste medio unitario cercano "a los 500.000 euros al año" y detalló que el coste de facturación de correo en los órganos judiciales durante 2010, por ejemplo, fue de 11,5 millones de euros, un 37,4% del total de toda la Junta de Andalucía.

En material ordinario en las sedes judiciales, fundamentalmente en papel y escritorio, el gasto también es más que considerable: 2,5 millones de euros, al igual que en envíos postales y mensajería (9,6 millones de euros) y en burofax (1, 2). Existen, además, otros costes directos por mal funcionamiento de la Justicia, "derivados de una mala organización, coordinación y gestión", como los ingentes gastos en archivos documentales innecesarios.

"Creo sinceramente que es un clamor la demanda tecnológica por parte de los usuarios de la justicia y de la propia ciudadanía, quienes ven cómo los avances tecnológicos llegan rápidamente a su vida personal pero, en cambio, no se instalan en el ámbito laboral de la justicia ni en las relaciones con esta Administración", manifestó con vehemencia. Por ello, a su juicio, hablar de tecnología en la Administración de Justicia es hablar "de una estrategia ambiciosa", que afectará en Andalucía a miles de puestos de trabajo. "La Justicia digital supone un cambio de mayor trascendencia del que en su día representó la máquina de vapor. Por eso, en vez de la reiterada frase de acercarnos a una Justicia del siglo XXI, prefiero decir que la justicia digital equivale al tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna".

En el listado de objetivos de la Justicia digital, Del Río situó en primer lugar el expediente judicial electrónico, que conllevará digitalizar no sólo los procedimientos judiciales, sino todas las trasferencias telemáticas, "lo que supondrá el ahorro de toneladas de papel, consumibles y cientos de metros cuadrados de espacio". Además, la introducción de nuevas tecnologías "puede evitar fallos y permitir mayor eficacia y rapidez".

Luego están las mejoras previstas en las notificaciones, como "las comunicaciones por SMS y Justicia móvil", un terreno en el que opinó que "se impone" mejorar Lexnet, la plataforma de intercambio seguro de información entre los órganos judiciales y operadores jurídicos, que ya se usa en varios juzgados y que tendría, a su juicio, que extenderse a toda la jurisdicción Penal, dado el elevado porcentaje de asuntos que ingresa.

También pasa el vuelco digital por "un Registro Civil único para toda España", por poner en marcha una "nueva sede judicial electrónica" y por "la homogeneización de sistemas informáticos para una mejor interconexión". En este punto, el presidente explicó que la descentralización de la Justicia ha provocado la coexistencia de ocho sistemas distintos, lo que hace, por ejemplo, que para que una orden de alejamiento de maltratador tenga vigencia en toda España el funcionario de turno tenga que meter los datos manualmente en el sistema en el que trabaje y luego en otro distinto que informa al resto. "Por eso los expertos solicitan empezar de cero y crear un sistema único para mejorar las interconexiones", aclaró.

Ante el panorama actual y estos retos, Del Río lanzó tres interrogantes con sus respectivas respuestas: ¿qué dicen los responsables políticos?, ¿qué dicen las leyes? y ¿qué dicen los jueces?

Sobre los responsables políticos, recordó que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha prometido una Justicia sin papel en apenas diez meses, un anuncio ante el que no pudo ocultar su escepticismo. Y es que aunque los colegios profesionales -abogados y procuradores- ya se hayan puesto manos a la obra, los juzgados, como admitió, no están preparados tecnológicamente hoy por hoy para ello. "Hasta los más posibilistas reconocen que fijar el tope de papel cero a principios de 2016 es inabarcable. El anuncio es propagandístico, poco realista y con plazos prematuros e imposibles", insistió.

En cuanto a las leyes, opinó que "el marco legal es muy bueno" y se refirió, entre otras normas a la ley reguladora del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en la Administración de Justicia, de 2011, o al proyecto de ley de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil.

De lo que opinan los jueces, ensalzó que ellos son totalmente conscientes del "retraso tecnológico secular de la justicia", que sigue "obsesionada con el papel". Esta realidad, desde que Del Río llegó al sillón que antes ocupaba Augusto Méndez de Lugo, se refleja año tras año en la Memoria anual del TSJA, en la que se viene reclamando un cambio para un rendimiento óptimo de la justicia. "El TSJA lleva tiempo verbalizando el deseo de renovación tecnológica, y busca como meta, no lejana, acabar con el desfase existente entre el funcionamiento de los tribunales y otras áreas de la Administración, como Hacienda o la Seguridad Social", apostilló.

A modo de conclusión, Del Río evocó el título de una novela de Julio Verne, El rayo verde, que "no es una ilusión, existe", para despedirse en un tono más esperanzado. Confesó que él sigue buscando el rayo verde de la Justicia digital y que, aunque sea difícil de encontrar, "es alcanzable". Eso sí, exigirá, como remarcó, "separar la justicia del debate político y dar entrada a los profesionales para convertir la Justicia en cuestión de Estado".

La conferencia del presidente arrancó una sincera ovación de los asistentes, que elogiaron su intervención durante el coloquio posterior. El sentir general fue muy bien resumido por la directora de Granada Hoy, que puso de relieve "la claridad, coherencia e inteligencia" con la que el magistrado reflexionó acerca del desafío tecnológico de los juzgados.

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