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Familia

Mamás en el poder

  • La maternidad de Susana Díaz se suma a la de otras mujeres con cargos públicos de relevancia que han compaginado su actividad con la dedicación a sus hijos.

Las mujeres -poco a poco- han ido apareciendo en la vida pública española. Y -aún más poco a poco- en puestos relevantes de actividad política. "Que una mujer joven gobierne una sociedad es algo improbable, que una mujer con responsabilidades políticas al más alto nivel tenga hijos lo es aún más", escribía Carme Chacón la semana pasada en una carta titulada De madre a madre dedicada a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el periódico El Mundo.

La que fue máxima responsable del Ejército sabe de lo que habla, ya que fue la primera ministra embarazada de la historia de España. Fue en 2008 cuando José Luis Rodríguez Zapatero formó un Ejecutivo con el mismo número de mujeres que de hombres. El primero de la democracia. Chacón continuaba su carta apelando a la pequeña probabilidad de que una mujer trabajadora tenga un hijo.

La reciente mamá -jefa del Gobierno autonómico-, Susana Díaz, decía antes de dar a luz que su embarazo no afectaría a su agenda política porque, dijo, "conciliaré con normalidad, como hacen miles de mujeres".

Sin embargo, la normalidad es un concepto algo abstracto en cuanto a la conciliación familiar se refiere. En 2008 las críticas por el nombramiento de Chacón como ministra de Defensa no cesaron y no sólo por su condición de mujer sino por encontrarse en plena gestación.

Entre las críticas a Chacón se le reprochó que con siete meses de embarazo no pudiera realizar la habitual ronda de visitas al contingente en el exterior. La entonces ministra hizo una demostración de fuerza y realizó su primera visita a Afganistán, el punto con tropas más lejano -y el que en ese momento estaba expuesto a más ataques-, con una barriga de siete meses. Chacón, tras el parto de Miquel -fruto de su relación con el periodista Miguel Barroso-, decidió compartir la baja de maternidad con su marido y trasladarse a un piso que el Ministerio de Defensa tiene a disposición de su máximo representante, para conciliar mejor la condición de madre y ministra. Esta decisión también fue criticada.

La conciliación laboral de las políticas españolas suscita, prácticamente siempre, detractores. En plena campaña electoral de 2011 Soraya Sáenz de Santamaría dio a luz a un varón, que recibió el mismo nombre que su padre, el abogado del Estado Iván de la Rosa. El nacimiento se produjo tan sólo nueve días antes de las elecciones generales que la convirtieron en la mujer más poderosa de España. Es la única vicepresidenta del Gobierno, coordina todos los ministerios y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Su primera aparición pública fue la misma noche electoral en el balcón de la sede del PP en Madrid. Mientras todos saltaban celebrando la victoria, se escuchó a Mariano Rajoy decirle "tú no botes". Aún no le se le habían curado los puntos. La vicepresidenta no cumplió las seis semanas después del parto ni cogió baja por maternidad, lo que provocó muchas críticas. Sáenz de Santamaría se puso como condición estar todos los días presente en el baño de su hijo, pero fue su marido quien estuvo al cuidado del pequeño Iván. Las tornas cambian y se puede decir que detrás de toda gran mujer hay un gran hombre. Eso sí "las tomas son impepinables", declaró la vicepresidenta.

La maternidad de las políticas andaluzas también ha dado mucho que hablar, a todos los niveles. La actual presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García (PSOE), fue elegida alcaldesa de Sanlúcar de Barrameda -su ciudad natal- en 2007 y tomó posesión del cargo con su pequeña Alicia en brazos.

Años antes, cuando ejercía la oposición en el Ayuntamiento, como diputada provincial de Igualdad, Juventud, Consumo, Cooperación Internacional y, más tarde, también Cultura, uno de sus cometidos fue "poner boca arriba el tema de la Igualdad". García sentía especial preocupación por este asunto y por la conciliación laboral. Cuando su hija era más pequeña -ahora tiene nueve años- y le preguntaban cómo se las apañaba, fruncía el ceño y contestaba que lo hacía "como lo debería hacer cualquier hombre. A ellos no le preguntan", reclamaba.

La reciente madre primeriza, Susana Díaz, tampoco se ha librado de las suspicacias hacia su embarazo, ya que es la primera presidenta autonómica en dar a luz en el cargo. Díaz tiene previsto compartir la baja de maternidad con su marido, José María Moriche, ya que dice ser consciente de "los derechos por los que han luchado muchas mujeres y muchos hombres".

La presidenta de la Junta mantuvo su agenda, aunque de manera relajada, hasta práticamente dos semanas antes del parto. Durante el embarazo Díaz se enfrentó a dos campañas electorales -unas autonómicas y otras municipales- y a intensas negociaciones para conseguir su investidura. Su avanzado -y voluminoso- embarazo no le impidió desarrollar su actividad política. El Palacio de la Moncloa no tiene cuna, San Telmo la tendrá a partir de ahora.

Chacón finalizaba su carta diciendo "nadie es sólo cirujano o político, todos somos algo más, algo con lo que acudimos dándole vueltas en la cabeza a nuestro trabajo, pero sólo las mujeres somos madres, y ese es un milagro al que ninguna debería verse obligada a renunciar".

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