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Andalucía

Obsesionados con el 'doble check'

  • Medio centenar de andaluces reciben tratamiento médico por adicciones a las nuevas tecnologías. La edad media se sitúa en 25 años, aunque cada vez hay más menores.

Mire sus manos, ¿no ve nada? Probablemente en ellas, o a escasos centímetros, se encuentre la que ya es una extensión más de su cuerpo: el móvil.

Si no ha sabido responder a la pregunta, quizá sea porque ya tenga asimilado que el smartphone constituye una parte fundamental de su vida. De hecho, en España desde 2006 hay más teléfonos móviles que habitantes y su uso es constante. En el primer semestre del año, 87 personas tuvieron que recibir atención médica o psicológica en los centros ambulatorios de la red asistencial andaluza por adicciones de las denominadas sin sustancia (distintas a las relacionadas con el consumo de drogas).

De estas personas, 26 recibieron este tratamiento por tener una adicción al uso del teléfono móvil, en especial al Whatsapp y a otras redes sociales.

El móvil y las nuevas tecnologías conforman un panorama de nuevas adicciones, desconocidas hasta hace unos años. El aumento del uso de las llamadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) ha traído como consencuencia que la sanidad y los servicios sociales públicos andaluces dediquen recursos y creen planes específicos. En 2014 los centros de tratamiento ambulatorio admitieron a 865 personas con conductas adictivas de diferentes tipos. De éstas, 702 personas fueron acogidas por problemas con el juego patológico, de las que 11 era menores. Otras 163 personas fueron admitidas, de las que 23 eran menores, 12 entraron por ser adictas a internet, 10 por adicción al móvil y una persona por tener adicción a las compras. En el primer semestre del 2015 ya se ha aumentado, con creces, el número de personas admitidas por adicción a internet (25), al móvil (26) y a las compras (23), entre otras.

Las matemáticas alertan del imparable aumento de este tipo de adicciones. Incluyendo otro factor más en la ecuación de estas nuevos trastornos nacidos en la era de la comunicación: la media de edad de los adictos. Las personas que han recibido tratamiento por ser adictos al móvil tienen una media de edad de 25 años y la de los adictos a internet de 24 años. La única persona ingresada en estos centros durante el primer semestre por adicción al trabajo tenía 19 años.

Además, en este tipo de adicciones se añade otra problemática, ya que no se encuentran recogidas a nivel normativo. En este sentido, desde la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales recomiendan tener cierta cautela a la hora de denominar enfermedad a los comportamientos obsesivos y acudir a ayuda profesional para determinar el grado de trastorno del control del impulso. Es decir, cuando la dedicación es tal que impide realizar actividades cotidianas normales, así como relacionarse de manera normal con la sociedad.

Según un estudio de la Universidad de Sevilla, los niños andaluces tienen su primer móvil a los 12 años y el 25% de los jóvenes usan internet más de tres horas al día. "El problema es cuando se convierte en desadaptativo y dejas de comunicarte en directo con el mundo", dice Domingo Calderón, psicólogo del centro Antaris, una organización dedicada a la intervención de las adicciones.

"La población no tiene la imagen de que tienes que llevar a una niña de 15 años que se lleva todo el día en Whatsapp a algún tipo de ayuda", sentencia. El psicólogo afirma que el servicio de mensajería instantánea es de los que más dependencia crea.

Calderón dice que según su experiencia "hace tres años la adicción al móvil era hablar, hoy es comunicarte 24 horas al día con ese servicio". Afirma que el perfil de adictos al móvil "son jóvenes de entre 14 y 20 años, las chicas se enganchan más a la comunicación en grupo, y los chicos a los juegos de rol. Se caracterizan por haber tenido pocos límites en su educación, con problemas de conducta y para los que es más satisfactorio comunicarse por las redes sociales que en el exterior, porque les crea más seguridad". El psicólogo señala que el perfil de los adolescentes que consumen cannabis "es muy parecido" al de los que se obsesiona con el Whatsapp u otras redes. Tanto para un tipo de adicciones como para otras la solución para Calderón es "educar en valores". "Están en la época de salir a la sociedad y tenemos que darles las habilidades personales suficientes para saber ponerse un preservativo, decir no a un porro o saber dejar a un lado el móvil", sentencia.

Este tipo de comportamientos adictivos son causados por tener mucha disponibilidad, gran atracción de lo digital, falta de control parental y baja edad de inicio de uso. Así como, presión de grupo entre los iguales. Entre las consecuencias de estos trastornos destacan el escaso autocontrol de los impulsos, la baja cohesión familiar y el bajo rendimiento escolar.

Los tratamientos que reciben los adictos son fundamentalmente psicológicos pero llegan a recibir medicación en las primeras fases del tratamiento para calmar la ansiedad que genera el desapego a las nuevas tecnologías.

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