Andalucía

Ciudadanos, dos veces centro

  • Los socialistas andaluces terminan por distanciarse de Pedro Sánchez y su posible coalición con Podemos para gobernar España

Pedro Sánchez fue elegido secretario general del PSOE el verano pasado gracias a que Susana Díaz, a quien el partido quería para ese cargo, señaló al hasta entonces desconocido diputado madrileño en contra de la propuesta de la vieja guardia de Rubalcaba y Elena Valenciano: Eduardo Madina. Casi ni se conocían. Como hasta ahora, que siguen siendo unos extraños. Susana Díaz ha encontrado en Ciudadanos el apoyo para gobernar una legislatura en minoría, gracias a un acuerdo de investidura con suficiente desarrollo para ser de legislatura. Así lo piensan los dos socios. Pedro Sánchez, sin embargo, mira a Podemos para arrebatar el Gobierno a Rajoy, aunque una fuente de Ciudadanos matiza que su líder, Albert Rivera, está muy alejado del presidente del Gobierno. Siempre es más fácil, se argumenta, un pacto entre partidos que no van a competir en por el mismo espectro que entre contrincantes: Ciudadanos juega en el campo del PP como Podemos en el del PSOE. Y eso es lo que teme Susana Díaz de su secretario general y anterior protegido.

Unos extraños. Pedro Sánchez suele pasar varias semanas de veraneo en Andalucía; en esta ocasión, ha pasado por Mojácar, donde tiene un apartamento; por La Antilla y cerró su gira en Chiclana. Ni hubo cena ni almuerzo con la presidenta andaluza, que pasa sus primeras semanas de maternidad en Chipiona, ni se vio con el presidente temporal de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, a pesar de que éste duerme todos los días a escasos kilómetros del hotel donde Sánchez se alojó en Novo Sancti Petri. Nadie se puede molestar, las relaciones entre Sánchez, o Ferraz, y los andaluces son, simplemente, "correctas", tal como el propio Jiménez Barrios las definió en una entrevista en este medio sin añadir ningún adjetivo más. Y la simple corrección no basta para unas cañas en la Barrosa ni un moscatelito en Chipiona. Cero cariño. Unos, los susanistas, opinan, que Sánchez lleva al PSOE al desfiladero con su posible alianza con Podemos y los otros, los del pedrismo, que haga lo que haga su secretario general, será siempre criticado por los hombres de Susana Díaz. Sánchez sí se vio con el alcalde de Chiclana, el socialista José María Román, lo que ha provocado un mayor recelo entre los susanistas.

Ciudadanos se coloca en el centro de la escena del próximo curso en un doble sentido: en la centralidad ideológica y en el lugar donde puede dar la estabilidad tanto al Gobierno andaluz como al nacional, salga el que salga de las elecciones generales de diciembre. Juan Marín, el líder de Ciudadanos en Andalucía, entrará en la dirección nacional de su partido, ocupada hasta ahora por hombres y mujeres que comenzaron la aventura catalana con Rivera. El sanluqueño tuvo que esperar tres meses desde las andaluzas para apoyar la investidura de Susana Díaz, un hecho que sólo pudo llegar cuando Ciudadanos completó el puzzle de las elecciones municipales y autonómicas, pero el acuerdo que firmó con el PSOE parece sólido, hay buen entendimiento y, sobre todo, tanto la presidenta como la vicepresidenta le están dando un trato de información preferente. El último sondeo del Egopa, de la Universidad de Granada, indica que el 56% de los andaluces califica este apoyo de bueno o muy bueno, un porcentaje que se acerca al 70% en el caso de los votantes de Ciudadanos. Su dirección calcula que el malestar sí es patente en dos de cada 10 de sus votantes andaluces, y parece ser que ellos son los que van a concentrar la atención electoral.

El Gobierno andaluz retoma sus reuniones la semana próxima, aún sin la presidenta, que seguirá varias semanas más de permiso de maternidad. Las catalanas serán prioritarias hasta septiembre para todos los partidos.

El acuerdo de investidura es un buen prólogo de lo que puede ser un acuerdo global de legislatura, que debe pasar necesariamente por una bajada del impuesto de la renta en los Presupuestos de 2016. De momento, Marín y Díaz descartan un Gobierno de coalición, las dos partes sostienen que las estrategias convergen en que deben ir por separado. Sin embargo, todo dependerá de lo que ocurra a nivel nacional. Ciudadanos, se ha dicho, sí puede ser un aliado del PSOE, aunque es difícil que Rivera apoye a Pedro Sánchez si la socialista no es la lista más votada. Y en este asunto surge otro motivo de fricción entre el PSOE andaluz y el nacional: los andaluces no desean que Sánchez, si queda en segunda posición, gobierne gracias una coalición. "Pues eso es lo que hizo Griñán y Susana Díaz", se responde desde Ferraz al recordar cómo se gobernó con IU cuando Arenas, por escaño y votos, ganó las elecciones.

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