Andalucía

El Partido Andalucista pone punto y final a medio siglo de historia

  • El actual líder de la formación, que previsiblemente se disolverá en el congreso previsto para septiembre, confía en que nazca una nueva fuerza andalucista sin lastres.

El secretario general del Partido Andalucista (PA), Antonio Jesús Ruiz, desea que tras la previsible disolución del partido en el congreso previsto el 12 de septiembre en Málaga surja una nueva fuerza política "sin lastres" capaz de recuperar apoyos para el andalucismo. Ruiz ha explicado que la dirección andalucista llevará al congreso, en el que pueden participar los 3.700 militantes del PA, una propuesta en la que se planteará que la formación andalucista no se presente a ninguna convocatoria electoral más y sólo mantenga una estructura administrativa que ampare a los 300 concejales electos tras las últimas municipales.

"Ésa es la propuesta que llevaremos al congreso porque no queremos dejar tirados ni perjudicar a esos concejales que han salido elegidos que, si no tuvieran un partido, tendrían que pasarse a los grupos de no adscritos", ha detallado. Pero, tras esa cobertura administrativa de cuatro años, el recorrido histórico del Partido Andalucista, con 50 años de existencia, toca a su fin, según su secretario general, porque la formación "ha perdido su discurso" entre el bipartidismo del PSOE y el PP, y la aparición de Podemos y Ciudadanos. "Cuando fui elegido en 2012 ya habíamos perdido dos veces la oportunidad de entrar en el Parlamento andaluz y, una vez fuera, es muy difícil entrar en esa dinámica en nuevas citas electorales", ha repasado. "No podíamos competir con dos mastodontes políticos, como son el PSOE y el PP, que hagan lo que hagan siempre van a tener un respaldo, ni teníamos los altavoces para vender nuestros mensajes como con los que contaban Podemos y Ciudadanos", ha lamentado Antonio Jesús Ruiz.

El líder andalucista sí reconoce, como autocrítica, que el PA erró al no apoyar la reforma del Estatuto de Andalucía en 2007 y en no salir más a la calle en este último mandato, a pesar de que llevaba propuestas ciudadanas como la de la renta social o la ley de transparencia. Niega que hayan sido los problemas internos los que hayan motivado la crisis del PA porque, según Ruiz, "los cargos públicos y los militantes han tenido siempre gran colaboración y han hecho un gran trabajo por convertir a Andalucía en una tierra de primera".

Tras los cuatro años en los que el PA estará funcionando "de manera administrativa", Antonio Jesús Ruiz sostiene que, aunque ahora el partido "no es una herramienta válida para los andaluces", una nueva formación sí lo puede ser ante nuevos retos que se presentan en un futuro como la reforma constitucional. "Creo que el andalucismo sí es posible en una nueva fuerza política sin los lastres actuales y capaz de generar nuevas expectativas frente a los partidos que se dirigen desde Madrid o Barcelona", ha explicado. "No descarto seguir participando en política pero lo importante es que se abra un espacio y aparezca esta nueva fuerza política, que seguro que va a surgir, para mantener vivas las ideas andalucistas pero ya sin ningún lastre y empezando desde cero".

Medio siglo de andalucismo

Casi medio siglo de vida ha durado la vida del Partido Andalucista (PA), una formación que nació en la Facultad de Derecho de Sevilla y fue promovida tras la muerte de Franco por un grupo de intelectuales andaluces. El Partido Socialista de Andalucía (PSA), germen del actual PA, surgió en 1976 bajo la batuta de Alejandro Rojas Marcos y Luis Uruñuela, y se consolidó en las elecciones generales de 1979, en las que logró cinco diputados nacionales aupados por la corriente autonomista, el mejor resultado de su historia.

La trayectoria del PA, nombre que adoptó definitivamente en 1984, ha estado marcada por el personalismo de sus liderazgos: los de Rojas Marcos y Luis Uruñuela como padres fundadores y el de figuras que surgieron posteriormente como la de Pedro Pacheco, ex alcalde de Jerez de la Frontera (Cádiz) y actualmente en prisión. Este personalismo ha logrado lo mejor y lo peor del PA a lo largo de su historia. El liderazgo de Rojas Marcos y Pacheco llevó a los andalucistas a tocar mucho poder pero también a protagonizar unas luchas intestinas entre sus respectivas facciones que se tradujeron en abandonos y refundaciones del partido.

Aunque el PA siempre ha tenido representación en numerosas alcaldías andaluzas, el gran impulso se produjo en 1996 cuando el PSOE necesitó de su apoyo para poder dar estabilidad al Gobierno de Andalucía, ya que los socialistas no obtuvieron la mayoría suficiente para gobernar en solitario. Este acuerdo se tradujo en la entrada del PA en el gobierno regional a cambio de dos consejerías -Turismo y Relaciones con el Parlamento-, una fórmula que se repitió de nuevo en los comicios autonómicos siguientes -los del 2000-, con un acuerdo de gobierno entre los socialistas y los andalucistas.

Entre medias de estas dos elecciones el PA logró sus mejores resultados en las municipales de 1999 pero las rencillas internas en las filas andalucistas afloraron por el choque de personalismos entre Rojas Marcos y Pacheco. La pugna entre los dos líderes -con sus respectivas facciones- llevó a la escisión del partido hasta el punto de que el segundo creó su propia formación -el PSA- con el que recuperaba las siglas originales de los andalucistas.

Esta escisión, probablemente, fue el principio del fin de un partido que se volvió acomodaticio durante los ocho años en los que estuvo de muleta del PSOE, un partido que en los comicios de 2004 ya no necesitó del apoyo andalucista y de sus cinco diputados al lograr de nuevo la mayoría absoluta en los comicios autonómicos. Desde entonces, el declive ha sido el protagonista de la trayectoria del PA, partido que ha sufrido un carrusel de líderes como Antonio Ortega, Julián Álvarez, Pilar González o Antonio Jesús Ruiz, pero bajo la sombra siempre alargada de Rojas Marcos, y la pérdida reiterada de apoyos en todas las elecciones.

Una formación que en las elecciones municipales de junio de 1999 obtuvo 356.000 votos, 30 alcaldías y 545 concejales en toda Andalucía, convirtiéndose en la quinta fuerza de España, cuenta hoy con 319 concejales y una veintena de alcaldías, entre ellas las de Vélez-Málaga, Andújar (Jaén) o San Fernando (Cádiz), algunas con mayoría absoluta y otras en coalición con otras formaciones. Tras el congreso de septiembre se pondrá punto y final para un partido que tuvo mucho poder y que ahora roza la irrelevancia electoral.

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