Catorce anuarios elaborados por el Grupo Joly han convertido en un clásico los apuntes críticos que el director de esta publicación, el catedrático Francisco Ferraro, dedica al Gobierno andaluz. A este Gobierno y a otros; pero marca la tradición que quien sea presidente de la Junta acuda a este acto, que en el caso actual reunió a medio millar de personas en el Alcázar de Sevilla, un tanto más esplendoroso ahora que las noches están de tregua entre la lluvia y los calores. Así, que tal como Ferraro criticó, en sus días, a Manuel Chaves o a José Antonio Griñán -éste siempre recogía el envite dialéctico de modo elegante-, ayer le tocó a Susana Díaz, de quien elogió que hubiese conferido estabilidad al Gobierno andaluz mediante un acuerdo de investidura, aunque le afeó lo que él entiende como cierta parálisis normativa. La presidenta recogió el guante, y elogió la crítica por encima del disentimiento que se le supone.

Estuvo Susana Díaz centrada, fuera de la trinchera de los partidos y eso siempre lo agradece un público que también está lejos del maniqueísmo partidista. Susana Díaz llegó a acompañada de su vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios, y de casi todo su Consejo de Gobierno. Hubo lleno total, digamos que hasta la bandera, porque una parte de los invitados se quedaron fuera en uno de los patios.

El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán, iba con su paisana, la consejera de Cultura, Rosa Aguilar. Y la titular de Hacienda, María Jesús Montero, que en espera de su reunión con el ministro Cristóbal Montoro, da por ganada la batalla del déficit, al menos por ahora. El PP y Ciudadanos también estuvieron presentes con el parlamentario sevillano Juan Bueno y las parlamentarias Marta Busquet y Marta Escrivá, a quienes ya se conoce como las Martas del grupo naranja.

El ex alcalde sevillano Juan Ignacio Zoido asistió con sus compañeros de Consistorio Gregorio Serrano y Alberto Díaz. Además de empresarios y directivos de compañías, los dos líderes sindicales participaron en el encuentro: Carmen Castilla, recientemente reelegida secretaria general de UGT-A, y Francisco Carbonero, de Comisiones Obreras en Andalucía. Con ellos, el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Javier González de Lara.

La noche acompañó, el contenido valió la pena y el marco aún más. El alcalde del Alcázar, Bernardo Bueno, recibió y despidió a los participantes en uno de los recintos más espectaculares de la ciudad de Sevilla.