Después de alrededor de ocho horas de cierto nerviosismo, inquietud e incertidumbre, los vecinos de la aldea Fuente la Corcha pudieron regresar a sus casas. Las llamas, que se originaron en esa zona alrededor de las 12:05 de ayer, obligaron a evacuar a gran parte de la población, de forma preventiva, hasta el Centro de Servicios Sociales de la localidad de Beas, donde quedaron instalados para recibir la atención y alimentos necesarios.

El desalojo de casi cien personas se puso en marcha poco después de que el delegado del Gobierno andaluz en Huelva, Francisco Romero, decretara el nivel 1 del Plan de Emergencias de Andalucía (activo durante más de siete horas), principalmente por el fuente viento de levante que se registraba en el lugar, con rachas de entre 28 y 30 kilómetros/hora, así como por la existencia de esos núcleos diseminados de viviendas, que finamente fueron desalojados. 

Según confirmó el alcalde beasino, Diego Lorenzo Becerril, no hubo que lamentar heridos y tampoco daños en ninguna de las viviendas de la zona afectada, si bien sí quedó dañada alguna parcela. Entre la población evacuada había vecinos de todas las edades. El más pequeño, un bebé de tan solo dos meses y  el mayor, un vecino de 96 años. Durante su estancia en el Centro de Servicios Sociales todos recibieron comida, algunos de ellos medicinas (por tratamientos que tenían prescritos) y, sobre todo, "apoyo e incluso terapias a través de mucha conversación para tranquilizarlos", explicó el regente.

Durante toda la tarde, la localidad de Beas se convirtió en un centro de atención para los afectado, pero también en un punto al que llegaron numerosas muestras de colaboración. De hecho, los ayuntamientos vecinos (Trigueros y Valverde del Camino) "se ofrecieron para prestar la ayuda necesaria", relató el regente beasino, quien insistió en que "no fue necesario porque el trabajo de los efectivos del Infoca y del resto de servicios de emergencia ha sido muy profesional".

A última hora de ayer no se conocía el origen de las llamas, que afectaron fundamentalmente a una zona de eucaliptal y pinar, si bien Europa Press  apuntó a que las primeras investigaciones señalaban como posible causa la realización de unos trabajos con maquinaria de campo, según las declaraciones recogidas por la agencia al primer teniente de alcalde, Juan Manuel Porras. Sin embargo, el alcalde del municipio prefirió no valorar este extremo "hasta que los técnicos no concluyan su trabajo".

Si a primera hora de la tarde trabajaban en la extinción alrededor de 50 personas, la evolución de las llamas obligó a incrementar el número inicial de efectivos desplazados hasta el lugar del incendio, donde se pasó de cinco a nueve grupos de especialistas en extinción (64 personas) y de dos a tres brigadas de refuerzo contra incendios (Brica), con 33 miembros, además agentes de Medio Ambiente y técnicos de operaciones. En el lugar de los hechos llegaron a actuar cinco camiones autobombas, con el apoyo de nueve medios aéreos: tres del Ministerio de Medio Ambiente y seis de la Junta.