La solución con la que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, trata de salvar el conflicto en el que se encuentra inmerso el Metro tras los informes negativos del propio Ayuntamiento a la llegada de los trenes en superficie hasta el Hospital Civil pasa por la construcción de una doble línea de autobús de tránsito rápido. En 2013 una idea similar recibió el rechazo de la Consejería de Fomento y ahora, tras analizar la propuesta municipal, vuelve a decir no.

La apuesta de los autobuses consiste en delimitar una plataforma reservada con prioridad semafórica desde la última estación soterrada hasta la zona norte de la ciudad. Los datos aportados valoran en poco más de cinco millones el coste de construcción, pudiendo captar unos 3,8 millones de usuarios. Además, podría añadirse una segunda línea hasta el Parque Tecnológico de Andalucía que partiría de la última de las paradas del tramo en superficie en la zona del campus universitario. Esta extensión, sin incluir las inversiones de adecuación vial y la construcción de un nuevo puente en su acercamiento hacia la tecnópolis, tendría un valor de 3,7 millones, aportando a la red del ferrocarril urbano 1.860.000 usuarios. En ambos casos, la frecuencia de paso sería de seis minutos.

El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, explicó que la iniciativa "ha sido analizada por ingenieros de la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía y responsables de la sociedad concesionaria, Metro de Málaga, que concluyeron en su absoluta inviabilidad técnica y económica.