El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, alertó ayer sobre la pérdida de derechos que ha llevado aparejada la crisis económica "en la que han pagado justos por pecadores". En su comparecencia en el pleno del Parlamento para presentar el Informe Anual de la institución correspondiente a 2015 Maeztu ha planteado una reflexión sobre "los derechos que se han perdido y los que va a volver que conquistar" al hilo de las casi 19.000 quejas y consultas recibidas en 2015, un 60% de ellas centradas en servicios sociales.

"Quizás no nos hemos dado cuenta todavía de las grietas que se han abierto en nuestro Estado de bienestar, que corre el riesgo de fracturarse", advirtió Maeztu, que recordó que "lo que ayer eran derechos hoy se presentan como concesiones de cuyo disfrute debemos sentirnos privilegiados" y pidió que "no se acepten como inevitables estos retrocesos".

Mostró también su preocupación por que "los logros conseguidos en los últimos decenios con todas las dificultades se estén paralizando e incluso rebobinando" y se preguntó "cómo se puede ver como normal que alguien gane 400 euros por su trabajo cuando hace unos años cuestionábamos que hubiera mileuristas".

Para el Defensor la nueva realidad "pivota sobre principios muy alejados de los de igualdad y solidaridad", por lo que considera que la educación se perfila como un instrumento "para compensar pobreza y desigualdad". Maeztu solicitó también que trabaje para que la cobertura sanitaria "llegue por igual y en el menor tiempo posible a todos los andaluces" y reivindicó la función social de la vivienda, puesto que comparte "aquello de que no pueden existir casas sin gente ni gente sin casas". Maeztu planteó también la necesidad de reconsiderar el Programa de Solidaridad, pues "persiste la demora" en el reconocimiento y en el pago de la prestación económica, por lo que ha propuesto una "reforma urgente" de esta prestación.