El PP andaluz sigue a la búsqueda de la nueva estrategia a seguir tras la marcha del blanco fácil que le suponía como contrincante Manuel Chaves, un presidente "amortizado tras 19 años en el poder, con un discurso agotado, y que se sentía incómodo en el cara a cara". La moción de censura pasó a la historia y se han reciclado las manifestaciones en cada capital para lanzarlas a la diana del sucesor.

La XIV Interparlamentaria Popular que celebró hasta ayer en Sevilla con la presencia de todos los dirigentes nacionales no ha denotado aún el cambio en el discurso. La reacción improvisada ha sido la crítica persecutoria al ex presidente y la apelación a la "ilegitimidad" de José Antonio Griñán por no haber sido cabeza de cartel en el último proceso electoral.

En esta senda el PP-A insiste, tras el primer momento de sorpresa, en la convocatoria de elecciones anticipadas, aún conocedores de que no prosperará. La petición en boca de Javier Arenas, presidente del PP-A, era conocida. En dos ocasiones la reclamó en el último año, con la crisis como argumento principal. No así para Mariano Rajoy, presidente del PP, que en diciembre no apoyó la petición por la proximidad de las últimas elecciones y que a continuación dijo desconocer la propuesta de Arenas.

El pasado jueves, Rajoy se desplazó a Jaén a interesarse por el sector del olivar y compartió la tesis que había lanzado el PP andaluz de que el nuevo presidente necesita de "la legitimidad de las urnas". Pero no fue hasta ayer, reunido el cónclave popular y con la gran mayoría de la dirección ejecutiva del partido presente, cuando Rajoy apoyó sin ambages la necesidad de una convocatoria electoral en Andalucía. Rajoy consideró lo más "sensato, razonable y democrático" la convocatoria de elecciones anticipadas "para que la gente pueda escoger a su presidente".

Al igual que la dirección regional del PP-A en los últimos días, calificó de "vacío de poder" la marcha de Chaves y comparó la sucesión con lo que hubiera sido la dejación de responsabilidades de Rodríguez Zapatero en Pedro Solbes, su vicepresidente económico.

Sin embargo, otros dirigentes del PP no tienen tan claro la oportunidad política de la petición, al igual que le sucediera a Rajoy hace cuatro meses. Suman sus dudas sobre la compatibilidad de demandar a la vez austeridad en tiempos de crisis y cómo casar la reclamación con la lectura de la Constitución o el Estatuto andaluz, donde la Presidencia emana de la elección de los miembros del Parlamento. Entre estas voces, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, puso matices el jueves a la estrategia que marca el guión de su partido. En declaraciones a la Cadena Ser, De la Torre se mostró partidario de dar cien días de confianza al próximo presidente de la Junta y discrepó de la oportunidad de reclamar elecciones anticipadas.

Cohesionado se muestra el partido, por orden del presidente nacional, en cuanto a la opción de Javier Arenas como candidato a la Junta de Andalucía en 2012. La marcha de Chaves ha supuesto un acicate más a la organización del cónclave popular, celebrado en un hotel enfrente de la sede del Parlamento, para anotarse en la agenda que tras Galicia y el País Vasco, "el próximo equipo ganador es el andaluz" en palabras de la secretaria general del PP, maría Dolores de Cospedal. Rajoy felicitó al PP-A por su "trabajo, esfuerzo y enorme constancia", convencido de que ello va a producir frutos "muy pronto".

Javier Arenas sostuvo que, cada día que pasa, 2009 le recuerda más a 1996. "Las familias no tienen dinero, hay mucho paro, las pymes no tienen financiación, hay alergia al reformismo y el sistema de pensiones se encuentra en crisis", lo que definió como un "fin de ciclo en España y Andalucía".