Cinco años han pasado para que de un hito histórico, el nacimiento de cachorros de lince ibérico en cautividad, se ensaye otro: la reintroducción de ejemplares cautivos en el medio natural. La prueba comenzará hoy en la comarca jiennense de Guarrizas, dentro del parque natural de Despeñaperros, en un cerco de cuatro hectáreas habilitado por la Junta de Andalucía.

El método a seguir será el de una suelta en estado de semilibertad, es decir, en un recinto dotado de puntos de alimentación suplementaria y de sistemas de seguimiento por televisión. Sólo si los pioneros cachorros pasan la prueba serán liberados en estado salvaje. Si suspenden, volverán al centro. Grazalema y Granadilla, dos hembras de unos ocho meses, serán los linces "nodriza". Desde su nacimiento en el centro de La Olivilla de Jaén se les ha preparado para el momento.

El aprendizaje se ha llevado a cabo en dos direcciones, explica Miguel Ángel Simón, director del programa de conservación y reintroducción del lince ibérico en Andalucía. La primera consistió en fomentar la caza. En un recinto de una hectárea de La Olivilla se preparó el terreno con conejos domésticos para que los linces "aprendieran a matar", describe Simón. Luego se probó con conejos de monte, "más avispados". Los linces tuvieron que esmerarse.

El contacto con humanos ha sido una de las prácticas más criticadas durante el desarrollo del proyecto, expresada por aquellos que piensan que los animales se acostumbran a que se les facilite la comida y pierden sus habilidades innatas para la caza. En el proceso de adaptación, se ha evitado que estos cachorros se socializasen con humanos. Se preparaban las jaulas con cuidado para no hacer ruido y que los animales relacionasen la comida con la mano del hombre. La otra parte del aprendizaje consistió en el comportamiento social, apunta Simón, aquellas que tienen que ver con las peleas, la jerarquía o el instinto para que huyan del hombre.

Grazalema y Granadilla estarán acompañadas en su nueva aventura por un ejemplar joven recuperado del campo, con el fin de que les sirva de tutor en los nuevos hábitos de comportamiento.

Granizo fue capturado en Cardeña, donde fue abandonado por sus padres. Ahora enseñará a los cachorros tácticas de socialización y caza. En la comarca donde se llevarán a cabo las sueltas, perteneciente a la localidad de Santa Elena, se liberarán además una segunda pareja de felinos silvestres capturados de la población de Sierra Morena.

Se persigue que los ejemplares colonicen una zona lincera hace unas décadas y que se encuentra ubicada entre los núcleos de Andújar -donde están junto a Doñana los únicos ejemplares salvajes de esta especie en peligro de extinción- y la comarca del Guadalmellato en Córdoba, donde ahora hace un año se reintrodujeron linces silvestres en semilibertad que están comenzando a reconquistar la zona.