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Andalucía

Griñán ve motivos de esperanza

  • El presidente de la Junta de Andalucía destaca la flexión al alza de algunos indicadores económicos · El profesor Ferraro opina que para salir de la crisis habría que revisar las políticas sociales y las de desarrollo económico

2010 ha sido un año de claro oscuros o un año duro. Es la diferencia de criterio entre el presidente de la Junta y el director del Anuario Joly Andalucía. El debate dialéctico entre José Antonio Griñán y Francisco Ferraro, profundo pero cortés, es un clásico de las tres presentaciones del Anuario que ha presidido el titular de la Junta en sus dos años en el cargo. En su discurso, Griñán dijo que 2010 ha enmendado la doctrina económica dominante. Se ha abandonado la ortodoxia de 2009, cuyas pretensiones recordó: vuelta al keynesianismo, mercados regulados por los poderes públicos, agencias de rating sometidas al control de las instituciones... Había que refundar el capitalismo, como propugnaba Sarkozy.

Por el contrario, para el presidente andaluz la realidad de 2010 ha sido que los mercados financieros que recibieron fuertes inyecciones de dinero se dedicaron a especular con la deuda, la política de déficit se convirtió en anatema y las agencias de rating volvieron a erigirse en árbitros de la asignación de recursos. El presidente añadió un sarcasmo en este punto: la agencia Moody's, que le dio una triple A a Lehman Brothers en vísperas de su quiebra, se atreve a contradecir al Banco de España, reconocido como el mejor supervisor del mundo occidental. El presidente concluyó su reflexión lamentando el predominio de los mercados financieros, que siguen determinando la realidad económica, sin que nadie se atreva a hablar de la necesidad de una regulación.

"La crisis es un lío digno de análisis", dijo en un momento determinado, aunque quizá quería decir que los análisis sobre la crisis son un lío. Más adelante lo expresó claramente: "Si algo hemos aprendido de esta crisis es a ser escépticos ante los pronósticos". En todo caso reivindicó la gestión del presidente del Gobierno: no sólo Zapatero pecó por no reconocer el comienzo de la crisis; mil de los mejores economistas del mundo, que trabajaban en el Fondo Monetario Mundial, tampoco la vieron venir. En el inicio del acto, Ferraro había tenido una frase lapidaria sobre el inquilino de La Moncloa: "Es un presidente amortizado".

El realismo de Griñán adquirió tintes esperanzadores cuando habló de Andalucía. Para él, "en 2010 bastantes indicadores económicos han flexionado al alza". Y para reforzar su argumentación, citó noticias aparecidas en los periódicos del Grupo Joly: el PIB empezó a crecer, en el cuarto trimestre del año pasado; en Andalucía se crearon 22.000 empleos netos, mientras en el resto de España se destruyeron 160.000; se crearon 10.000 nuevas empresas, las exportaciones aumentaron un 27%; las inversiones de compañías extranjeras crecieron un 241%, escalando del sexto al tercer lugar en el ranking de regiones españolas receptoras de dinero del exterior, y el nivel de endeudamiento está por debajo de la media española.

El contrapunto a esta visión, lo había adelantado Ferraro. Para el catedrático de Economía y director del Anuario, en 2010 la crisis ha azotado a la región con tanta o más intensidad que al resto de España. El menor nivel de renta y la mayor intensidad del paro determinaron que el consumo y la inversión de resintieran algo más que la media española, hubo una contracción mayor del PIB, por lo que a final del año el número de parados se elevaba a 1.127.000 personas. Ferraro cree que la restricciones financieras y el compromiso de limitar el déficit público han impedido a la Junta de Andalucía adoptar una política anticíclica contundente, a pesar de haber activado algunos programas de estímulo empresarial y ayudas al empleo.

En el capítulos de activos del año pasado, el presidente contabilizó "un importante desarrollo estatutario". Y enumeró una serie de leyes, como la de autonomía local, la participación de los ayuntamientos en los ingresos de la Junta, derecho a una muerte digna, derecho a la vivienda; Ley de Aguas, del Olivar o de la Dehesa. Y añadió la fiscalidad más progresiva, el traspaso de la gestión del litoral y los parques naturales y la tramitación de la ley de autónomos y cooperativas. Griñán hizo hincapié en el mantenimiento del esfuerzo presupuestario en educación, sanidad y servicios sociales: "en aplicación de la ley de dependencia hay tantas prestaciones en Andalucía, como en Galicia, Castilla y León, Madrid, Valencia, Murcia y la Rioja juntas".

Como ha hecho en numerosas ocasiones, el presidente andaluz aprovechó para volver a recalcar la importancia histórica para la universidad andaluza que tiene la Fundación Tech, el ambicioso proyecto de investigación y desarrollo tecnológico promovido por las universidades de Sevilla y Málaga, que obtuvo en octubre el sello de campus de excelencia internacional.

Y terminó con varias reflexiones positivas. La salida de la crisis no dependerá enteramente de nosotros, como tampoco dependió la entrada en ella. Pero queremos hacerlo sobre bases más sostenibles y justas. Es un gran reto de toda la sociedad y también de las empresas de comunicación como el Grupo Joly. "Los políticos debemos ofrecer soluciones, respuestas, proyectos e ideas. Pero en ese necesario regeneracionismo político, los medios de comunicación son muy importantes. "Con el trabajo bien hecho, con el análisis justo y con una meta a largo plazo, que exija luces largas, ganaremos a la crisis y al pesimismo".

Para el profesor Ferraro ese futuro mejor requiere en Andalucía una profunda reforma del sector público, aligerándolo de peso, mejorando su eficiencia y haciéndolo más proactivo con el objetivo de la competitividad regional. Además deberían revisarse las políticas sociales y sobre todo las de desarrollo económico.

El director del Anuario también sacó conclusiones de la crisis: la burbuja inmobiliaria ha terminado generando un elevado stock de viviendas que el mercado no puede digerir, frenando en seco a un sector con un excedente de mano de obra no reconvertible a medio plazo; la rigidez del mercado de trabajo ha abocado a que el ajuste por la crisis no se produzca en precios, sino con un extraordinario aumento del paro; la gestión no suficientemente prudente y profesional de algunas entidades financieras las ha conducido a riesgos de insolvencia; las alegrías presupuestarias de las administraciones públicas ha provocado elevados déficit y el deterioro de la confianza en el país. Ahora hay que aumentar imperiosamente la competitividad.

La novena edición del Anuario Joly Andalucía tiene 416 páginas, 835 cronologías, 97 crónicas, 106 artículos de opinión; infografías, mapas y más de 500 gráficos y cuadros estadísticos y cerca de 500 fotografías. Todo eso para contar el año duro en el que estalló la crisis de la deuda griega, se hizo un ajuste con reducción del salario a los funcionarios, se congelaron las pensiones, de recortó el gasto farmacéutico, se eliminó el cheque bebé y disminuyó la inversión pública. Duros claroscuros.

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