A medio camino entre el área metropolitana de Sevilla y los terrenos del Aljarafe, se asienta Bormujos, pueblo del que encontramos sus primeros registros de población estable en la época romana, aunque es de suponer que ya existía en el Aljarafe un poblamiento considerable anterior. Se tratan de las típicas villae romanas, lugares productores de aceite y otros alimentos. Estas villas pasarían a ser las alquerías de época islámica y que posteriormente pervivirían en época moderna como las tradicionales haciendas que han llegado hasta la actualidad. La historia de Bormujos está ligada a la producción de los cultivos del olivar y la vid. Fue a principios del XVI cuando el lugar alcanzó la categoría de villa, creando su Ayuntamiento. Desde esta fecha y hasta la desaparición de los señoríos, allá por el siglo XVIII, perteneció a los Guzmán, hasta convertirse en municipio independiente. El Bormujos actual es fruto de un extraordinario crecimiento económico y social experimentado en las últimas décadas de la pasada centuria, provocando un aumento exponencial de su demografía.

Hoy día, esta localidad presenta opciones turísticas bajo el lema Bormujos, Puerta de Sevilla. Una oferta que basa su potencial en la capacidad congresual, ya que cuenta con varios puntos de gran aforo para la organización de eventos o convenciones. Ejemplos son, el hotel Vértice con capacidad para 700 personas, el Auditorio Las Portadas, un teatro al aire libre en el Parque de las Portadas, con gradas con capacidad para 1.200 personas, el salón de actos del Centro Cultural La Atarazana con capacidad para 308 personas y el Salón de Actos del Centro CEU San Pablo con capacidad para 500 personas. Este turismo de congresos goza de predicamento en esta urbe del área metropolitana, precisamente por eso, por su ubicación estratégica a escasos kilómetros de la capital andaluza, y por aunar condiciones y servicios de calidad en un paisaje más relajado. Y es ahí donde ganan interés otras particularidades turísticas de este pueblo moderno. Como es el caso del club Zaudín, ubicado prácticamente junto al núcleo urbano. Se trata de un campo de golf con 18 hoyos, además de una escuela de equitación con cuadras con capacidad para 50 caballos y que imparte clases en español, inglés y francés. La naturaleza periurbana es otra de las razones que expone Bormujos en su plan turístico. Conviven en su espacio municipal hasta cuatro grandes parques, más uno de nueva construcción próximo a inaugurarse, La Alquería, con más de 40.000 metros cuadrados de extensión, y que además integra todo un bosque suspendido. Los otros cuatro son Las Portadas, Los Alamos, Carlos Cano y La Florida, todos ellos equipados con zonas infantiles de juego, kioscos y en dos de ellos zonas habilitadas para el ejercicio de los perros. En el Parque de las Portadas se puede disfrutar también de un paseo botánico y elementos históricos como dolmen u obelisco.

Pero no sólo vamos a tratar referencias turísticas modernas. En esta localidad podemos visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, que data del siglo XVI y cuenta con un valioso patrimonio artístico de los siglos XVI, XVII y XVIII. Entre las festividades populares locales destacan la Semana Santa, el Miércoles de Rocío, en el que la ciudad es el paso de un gran número de hermandades , el Corpus Christi o la Feria, que se celebra en el mes de julio.

El turismo activo también forma parte de esta atractiva propuesta por el consistorio bormujero. Se propone una divertida ruta ciclista, a través de un trazado de dificultad baja, con 6 kilómetros de longitud, desde aAvenida de la Paz hasta avenida Alcalde Antonio Reina Gómez, donde puede disfrutarse de la vegetación autóctona como pinares o jaras, rodar en bici junto al río Pudio y visitar el puente romano. En el casco urbano el visitante podrá encontrar también los baños Medina Aljarafe, un espacio para el circuito termal, una sala de relajación y masajes y pequeños grandes espacios donde relajarse, con aromaterapia y musicoterapia.