La necrópolis calcolítica de Antoniana I es una tumba colectiva de la Edad del Cobre de unos 4.500 años de antigüedad, perteneciente a un conjunto de tumbas colectivas aún mayor en el denominado yacimiento arqueológico de El Negrón.

"Este yacimiento está compuesto por la necrópolis y su poblado, único espacio de estas características donde se han encontrado los lugares de hábitat humano y su correspondiente cementerio", apunta David Ruiz García, arqueólogo y conservador de la Colección Museográfica de Gilena (CMG). Por tanto, continúa explicando, "nos encontrados en un yacimiento prehistórico singular dentro de la Prehistoria, ya que existen pocos casos en el que se hayan encontrado tanto los espacios de vivienda como su correspondiente necrópolis".

Este descubrimiento fue casual; concretamente, en marzo de 1985 durante la plantación de garrotes de olivo en la finca de El Negrón. Gracias a la notificación urgente de los dueños a las autoridades, se pudo recuperar el ajuar completo, puesto que la necrópolis se encontraba prácticamente intacta.

La excavación arqueológica fue llevada a cabo por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, por el Instituto de Arqueofísica de La Rábida, el Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla, así como por universidades francesas y norteamericanas. Los trabajos en la necrópolis y el poblado se prolongaron hasta bien entrada la década de los 90, siendo un centro de investigación arqueológica que se convirtió en todo un referente a lo largo del tiempo.

Atendiendo a las normativas sobre patrimonio histórico de la época, explica Ruiz, "una vez investigado el conjunto del ajuar hallado en Antoniana I por el equipo multidisciplinar de arqueólogos e investigadores, las piezas fueron asignadas al Museo Arqueológico de Sevilla; institución museística con tutela provincial en lo que respecta al patrimonio cultural mueble de origen arqueológico. Allí han permanecido hasta su vuelta a casa 30 años después".

Detalles. Es así como el Museo Arqueológico de Sevilla deposita en la Colección Museográfica de Gilena este valioso y simbólico conjunto de 74 piezas, en un proceso que no ha tenido precedentes entre instituciones de esta índole de carácter provincial y local.

Dentro del rico y variado conjunto de piezas se encuentra una bellota tallada en marfil, todo un símbolo de identidad de la localidad que ha recibido emocionada esta colección que será expuesta tras su restauración en una sala monográfica de la Colección Museográfica de Gilena, junto con estudios desarrollados por el grupo Ibídem para la de reconstrucción histórica de la Edad del Cobre en la necrópolis de Antoniana. "Estas recreaciones de humanos irán en el interior de las vitrinas que contendrán las piezas", explica el arqueólogo.

Por su parte, desde la administración local también se ha apoyado esta iniciativa. Para el alcalde de Gilena, José Manuel Joya Carvajal, "este momento pasará a la historia de nuestro pueblo. Las piezas de Antoniana vuelven a su lugar de origen tres décadas después y se ha conseguido un objetivo sin precedentes en la historia de los museos. La felicidad y los nervios han sido emociones compartidas entre todas las personas que hemos estado presentes en el proceso de desembalaje de las piezas de El Negrón".

El proceso de restauración ha comenzado ya y tendrá una duración de entre cuatro y cinco meses consecutivos. Posteriormente, las piezas serán expuestas en una sala monográfica dedicada a esta singular cueva artificial -que fue restaurada, protegida y musealizada en 2014-, convirtiéndose en la única necrópolis visitable de su género.