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Con Cervantes como cicerone por la provincia

  • La estancia del autor de 'El Quijote' como comisario real de abastos de 1587 a 1593 se convierte en el hilo conductor de una ruta por once municipios sevillanos.

Durante este año se conmemora el IV Centenario del fallecimiento de Miguel de Cervantes, que de 1587 a 1593  fue comisario real de abastos, de cereales y aceites, en Andalucía, actuando como comisario de provisiones para la Armada Invencible. El escritor se instala en Sevilla, lo que lleva al escritor por diferentes municipios de la provincia que dejaron  huella en su obra y vida.

 

De hecho, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, según el prólogo de la obra, fue "engendrado" durante su encarcelamiento en Sevilla en 1605.

La ruta cervantina que propone la guía editada por Prodetur  establece un itinerario que incluye a Sevilla capital y a diez municipios de la provincia sobre los que existen  testimonios documentales de la presencia de Cervantes, concretamente: Carmona, Utrera, Morón de la Frontera, Arahal, Paradas, Marchena, La Puebla de Cazalla, Osuna, Estepa y Écija.

 

Hay también una referencia a  otros municipios sevillanos, de los que, aunque no existen testimonios documentales, sí que aparecen mencionados en obras de Cervantes. Uno de ellos es Mairena del Alcor, cuya referencia aparece en la obra El coloquio de los Perros.

 

La comarca de la Sierra Norte es recordada en otra de las Novelas Ejemplares, como El licenciado vidriera. En ella se menciona a pueblos como Cazalla o Alanís de la Sierra, en relación a sus vinos y licores. También Guadalcanal, que no sólo aparece en esta novela, sino también en Rinconete y Cortadillo,  obra que, por otra parte, se sitúa en la ciudad de Sevilla. La acción de la novela Las dos doncellas transcurre en Castilblanco de los Arroyos.

 

De los primeros municipios que visitó Cervantes en su trabajo de comisario de abastos pudo ser Carmona. Tal y como consta en el panel cerámico conmemorativo, presentó los poderes de su oficio en la Casa del Cabildo, un edificio de 1588 que aún se conserva en la Plaza de San Fernando. Los principales edificios se encontraban aún en construcción. La Iglesia de Santa María de la Asunción, levantada sobre el solar de la antigua mezquita mayor de la que aún se conserva su patio, ya poseía su estructura gótica plenamente construida, así como la torre que acababa de concluirse. Actualmente, posee un museo de arte sacro donde se contemplan obras tan valiosas como la custodia procesional de Francisco Alfaro datada entre 1579 y 1584 y un apostolado del círculo de Zurbarán.

 

La Iglesia de San Pedro había sido levantada en el siglo XV y su torre reformada hacia 1565 siguiendo las trazas de Hernán Ruiz II que no se concluyeron hasta el siglo XVIII. Otros templos destacados en la época, fueron las construcciones mudéjares de Santiago, San Felipe, San Blas y San Bartolomé, realizadas entre los siglos XIV y XV y posteriormente reformadas en estilo barroco.

 

En 1593 Miguel de Cervantes apareció en Utrera para comisionar cantidades de trigo y cebada necesarias para la elaboración del pan que abastecía a la flota española. En aquella época era una villa caracterizada por la notable presencia religiosa, que ocupaba los grandes edificios. Era una ciudad bien definida con dos construcciones principales: la Iglesia de Santa María de Mesa y la Iglesia de Santiago.

 

Además de la huella que los  paisajes sevillanos dejaron en Cervantes, también está el recuerdo gastronómico, como aquel que alude a Morón de la Frontera, cuando nombra las "perdices de Morón" en uno de los sucesos relacionados con Sancho Panza. Por otro lado, hasta en cuatro ocasiones está documentada la presencia de Miguel de Cervantes en Marchena.

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