Hace un mes justo que Joan Plaza comenzó a trabajar con su plantilla y, por lo poco que se ha podido ver, es difícil hacerse una idea de lo que puede dar de sí el equipo. Lo mismo gana al Alicante (104-88), con la segunda mayor puntuación de la pretemporada de todos los conjuntos ACB, que pierde con un Fuenlabrada (81-68) al que Unicaja le endosó un humillante 105-59. Lo mismo Asselin se sale un día con 27 puntos (cinco triples) que al siguiente acaba con cero cargado de personales desde primera hora.

Por ello, la Copa de Andalucía es una gran ocasión para que el cuadro de Plaza muestre sus credenciales y despeje algunas dudas: la capacidad anotadora de Ager, el rol de los más jóvenes (Sastre y Satoransky) en la plantilla o los problemas de un juego exterior cuyo porcentaje hasta ahora apenas supera el 10% de efectividad.

Lo que sí parece claro es que, aunque Calloway parta como base titular, Miso se repartirá casi por igual los minutos con el norteamericano. Así ha sido hasta ahora, y, como quiera que el técnico catalán no cuenta con más directores de juego amén de Satoransky, que tras un problema ha comenzado a entrar en la dinámica del primer equipo hace poco, el madrileño compartirá la responsabilidad con el estadounidense.

El de Fuenlabrada ha convencido a Plaza durante la preparación, ya que a su llegada el entrenador no tenía muy claro que le sirviese como base. De hecho, la idea inicial del Cajasol y de Plaza era que Miso jugase de dos, pero los movimientos realizados en el mercado, en el que se priorizó reforzar otros puestos, y el trabajo del madrileño convencieron al técnico de que le sería más útil como base. Después de un par de años en Sevilla cuyo rendimiento ha estado por debajo de lo esperado -las lesiones le impidieron tener continuidad- en su tercera temporada, en la que será capitán junto a Ellis, Miso busca la reválida como base, el puesto en el que mejor ha funcionado hasta ahora.

Pero la Copa de Andalucía será una prueba real tanto para Miso como para el Cajasol. Y es que aun siendo un torneo amistoso, la entidad de los rivales (CB Granada y Unicaja), el interés que despierta la competición -habrá más de los 50 espectadores que hubo en Alcalá de Guadaíra para ver el choque frente a Estudiantes- y la proximidad del inicio liguero son elementos de peso que dotan a la cita de un carácter que va más allá de los bolos disputados previamente.