Llegó el día. Después de que en las últimas semanas el protagonismo del Baloncesto Sevilla se centrara en la contratación del nuevo técnico, los posibles fichajes, las salidas confirmadas y el aterrizaje de los refuerzos, el inicio de la pretemporada ya es una realidad. A primera hora de la mañana, el pabellón de Los Montecillos de Dos Hermanas dio la bienvenida al nuevo proyecto del club hispalense. Estas instalaciones serán el escenario de acogida del plantel mientras su sede natural, San Pablo, permanezca ocupada con motivo de la Copa del Mundo que arranca en una semana.

La plantilla y el cuerpo técnico trabajaron por primera vez en una sesión matinal que se extendió hasta el mediodía. Nada más comenzar, los jugadores se dividieron en dos grupos. El primero de ellos estuvo trabajando en la cancha a las órdenes del entrenador, Scott Roth. Los demás se marcharon al gimnasio, donde los esperaba el nuevo preparador físico, Larry Sanders. Finalizada esta primera parte del entrenamiento, los dos grupos y sus respectivos encargados intercambiaron sus papeles.

En la pintura se pudo ver a dos pesos pesados, pese a su juventud, del vestuario como Porzingis y Radicevic departir con el resto de sus compañeros, así como con los canteranos Carlos Hidalgo, Juan Oliva y José Antonio Blázquez.

Precisamente fue Kristaps Porzingis uno de los protagonistas de la jornada. Pese a su juventud -cumplió 19 años el 2 de agosto- parece todo un veterano. Ya se antoja lejana aquella temporada 2010-11 en la que el letón arribó a Sevilla. Madurar, dentro y fuera de la cancha, y pulir las muchas cualidades que se le intuían fueron los cometidos de Porzingis. Ahora, su figura se erige como una de las piezas clave del nuevo Baloncesto Sevilla.

Aunque pudiera pensarse que es mucha la responsabilidad que sobre él recae, el alero se toma las cosas con calma: "No me pondré más presión de la que hace falta. Intentaré hacer un buen juego". Seguro de sus posibilidades, y también de las del resto de sus compañeros, las palabras de Porzingis invitan al optimismo: "Jugaremos a tope, igual que el año pasado". No obstante, se muestra cauto en lo que a pretensiones y objetivos se refiere, consciente de dónde está el listón. "El año pasado fue muy bueno y la verdad es que no me puedo imaginar cómo será éste, pero sí que intentaremos estar por lo menos al mismo nivel", expresó.

Para ello, no queda otra que "trabajar muy duro desde el primer día" e ir acostumbrándose a "los sistemas de juego", en los que seguramente predominará el "estilo americano", según indico Porzingis en alusión a la procedencia del entrenador.

A falta de que la plantilla quede cerrada, la presentación oficial de Roth sigue siendo una tarea pendiente del club. Puesto que no cumple estrictamente con los requisitos a los que obliga la FEB para poder sentarse en un baquillo de la ACB, el estadounidense se mantiene a la espera de contar con la pertinente autorización por parte de la Asociación de Clubes de Baloncesto, según recordó ayer la Cope.